En un misterioso giro del destino, los caminos de Kristin Romey y Pearce Paul Creasman los llevaron a sumergirse literalmente en una búsqueda por entender un enigma milenario. Y es que los secretos que ocultan las pirámides suelen ser fascinantes, pero ¿qué pasa si estas pirámides se encuentran en la región de Nuri, en el actual Sudán, y la tumba a investigar pertenece al antiguo rey de Kush, Nastasen? El reto era aún más grande: la tumba estaba inundada y su acceso, una misión para arqueólogos temerarios.
Nuri, el lugar que alberga esta pirámide, ha sido cuna de más de 20 pirámides que sirvieron como eterno reposo para los monarcas de la antigua Nubia. Estas estructuras fueron edificadas para acompañar en su última morada a los gobernantes de Napata, que alguna vez ostentó el título de capital del Reino de Kush. Aunque hoy solo sobreviven unas 20, se estima que en su apogeo Nuri tuvo más de 80 pirámides majestuosas. Y entre todas ellas, resalta la última construida alrededor del 310 a. C. en honor al rey Nastasen, un gobernante recordado por repeler con éxito una invasión egipcia donde también se han encontrado cámaras ocultas recientemente.
La ciencia entre las pirámides de Niru en Sudán
Sin embargo, y a pesar de su importancia, de Nastasen se sabe poco, lo que acrecentó el interés por explorar su última morada. Pero el desafío para Romey y Creasman no era común: la tumba estaba inundada debido al aumento del nivel freático en la región, convirtiendo el yacimiento arqueológico en un desafío subacuático. Su única guía eran las anotaciones de un egiptólogo del pasado, George Reisner, que había visitado el lugar un siglo atrás.
Romey y Creasman, equipados para la inmersión, sabían que el entorno subterráneo y acuático era exigente. En vez de llevar consigo tanques de oxígeno, optaron por recibir aire desde la superficie mediante una línea de suministro, llevando solo una pequeña reserva para emergencias. El acceso a la tumba parecía sacado de una película de aventuras: una abertura apenas mayor que un televisor antiguo les servía de puerta al pasado.
Arqueólogos y científicos en busca de los misterios de Niru
Mientras avanzaban entre las cámaras de la tumba, el agua se tornaba más densa, limitando su visibilidad, circunstancia muy parecida a las encontradas en las Pirámides de Egipto. Sin embargo, su perseverancia se vio recompensada al encontrar, en la última cámara, un sarcófago de piedra que presumen alberga los restos del rey Nastasen. Pero eso no fue todo, entre los sedimentos acuáticos descubrieron láminas de oro puro, lo que indica que la tumba, contra todo pronóstico, nunca fue saqueada.
Ahora, el mayor desafío para Romey, Creasman y su equipo es sacar el sarcófago del lugar, tarea que se antoja compleja dadas las condiciones del entorno. Sin embargo, como menciona Creasman, la tecnología podría ser la aliada perfecta para revelar, finalmente, la historia que las pirámides de Nuri ha guardado celosamente por milenios. Sin duda, este descubrimiento es un recordatorio de que aún hay secretos esperando ser desvelados en los rincones más inesperados de nuestro mundo.