Uno de los grandes problemas del magma cuando avanza, son los grandes espesores del muro de lava que se forman en su avance hacia el mar en La Palma, de hasta 12 metros en algunos puntos, podrían provocar en zonas de mayor pendiente la formación de grandes fragmentos de colada que pueden desprenderse del frente y alcanzar mayores distancias.
Además, estos colapsos del frente de lava pueden dar lugar a pequeños flujos piroplásticos que pueden salir despedidos, según indica en una nota el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).
El comité científico que asesora al gabinete de crisis precisa que la lava avanza a una velocidad de 200 metros por hora sin que nada la pare y que la deformación del suelo en la zona próxima a la erupción del volcán asciende a los 28 centímetros de altura.
En una primera evaluación provisional de los daños materiales, el Pevolca estima que 185 edificaciones podrían haber resultado afectadas, de las que 63 serían viviendas, según el catastro.
Se han evacuado por el momento a 5.700 personas, entre las que se incluyen las 200 de Tacande realizadas en la noche del lunes. En los albergues habilitados permanecen apenas 132.