El famoso Agujero Azul de Belice nos cautiva con su espectacular vista desde las alturas, su forma circular impecable y sus aguas azules vírgenes. Sin embargo, lo que se oculta en sus profundidades es verdaderamente trágico. Ubicado a 60 millas de la costa de Belice, este colosal agujero se adentra a unos impresionantes 410 pies en el lecho marino.
En tiempos remotos, el Agujero Azul era un extenso sistema de cuevas. Hoy en día, se ha transformado en el sumidero más grande del mundo. Recientemente, un equipo de exploradores se aventuró en las profundidades de esta formación oceánica virgen en busca de respuestas. Sumergirse a grandes profundidades es una tarea arriesgada que requiere experiencia y habilidad. Solo unos pocos buzos poseen la destreza necesaria para explorar lugares como el Blue Hole, y uno de ellos fue el renombrado explorador Jacques Cousteau.
La familia Cousteau, consciente de su amplia experiencia, decidió embarcarse en una inolvidable expedición al Blue Hole a mediados de la década de 1970, dando inicio a una era de viajes de buceo en Belice. Jacques afirmó que, tras explorar el Agujero Azul, estaba convencido de que se encontraba entre los cinco mejores lugares de buceo en la Tierra.
Equipados con herramientas menos sofisticadas en comparación con las disponibles en la década de 1970, Jacques y su equipo solo pudieron vislumbrar el mundo bajo la superficie. El Gran Agujero Azul es una asombrosa anomalía oceánica: un colosal sumidero submarino lo suficientemente grande como para albergar dos aviones Boeing 747 uno junto al otro. Con una forma circular perfecta, cuenta con 984 pies (300 metros) de ancho y una profundidad de 410 pies (125 metros). Esta impresionante formación natural ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, otorgándole un lugar de honor.
Lo que aguarda en las profundidades
El equipo de Aquatica realizó un descubrimiento sorprendente en el fondo del agujero. Encontraron una botella de Coca-Cola de dos litros y una GoPro con fotografías de vacaciones, pero eso no fue todo. También descubrieron los cuerpos de dos de las tres personas que habían desaparecido en el Blue Hole.
El equipo explorador tomó la decisión de dejarlos descansar en paz en ese lugar, pero informaron al gobierno de Belice sobre su hallazgo.
Instando a la acción del líder de Belice
Richard Branson, conocido empresario y activista, sostuvo una conversación con el líder de Belice para persuadirlo de que destinara el 10% de las aguas territoriales circundantes como áreas de conservación protegidas.
Su objetivo era prohibir el uso de productos industriales y comerciales que habían causado un daño devastador al ecosistema local. A su regreso a casa desde Belice, Branson tomó medidas enérgicas y prohibió el uso de plásticos de un solo uso en los vuelos de Virgin Atlantic.