Hay un momento en que las cosas cambian; y a veces mucho.
Ese momento se llama madurez y suele venir con dos cosas en las manos: sabiduría y arrugas.
A nadie le gusta mirarse al espejo y ver una momia (en el peor caso); pero tampoco es plato de buen gusto plantarse delante del espejo y notar esos sutiles cambios que, cada vez, son menos sutiles.
Es posible que la madurez también consiga esquivar mejor al ego; pero es seguro que, pese a ello, no dejarás nunca de echarte la culpa por no haber tomado medidas antes.
Las clásicas todo el mundo las conoce (y son las más difíciles):
- No beber
- No fumar
- Y no a casi todo
Las otras son mucho más sencillas: ponerse crema antiedad a tiempo y, con suerte, ir cumpliendo las difíciles poco a poco; sobre todo la de hacer deporte y adelgazar.
La piel sufre. Y sufre por muchas cosas que cada día son más patentes y nos cuesta más sortear:
- Estrés
- Insomnio
- Polución
- Colonias y perfumes
- La edad…
Por eso, mientras pones al día tu agenda, desempolvas la bici y te dejas el último bocado en el plato como si fuese una ofrenda a Diablo, visita la línea cosmética de Atache.
En ella vas a encontrar, en primer lugar, un laboratorio de alta cosmética cuyos productos están entre los que mejores resultados producen.
Una marca con más de 40 años de renombre, que está en más de 50 países, y cuyas cremas se basa en ingredientes activos y extractos naturales que mejoran y mantienen la salud de la piel. Además, su catálogo de artículos cosméticos respeta todas las legislaciones de seguridad de todos los mercados en los que están presentes; como ves, más de 50.
Por eso, si los síntomas de la vejez te empiezan a seguirte de cerca, no dudes en ponerle arreglo con Atache c vital, con Serum + Active Fluid C Vital.
Una crema antiedad que mezcla vitamina C, Serum, ácido lipoico y vitamina E del Active Fluid, que protege la piel con potentes antioxidantes y neutraliza las acciones de los radicales libres causantes del envejecimiento cutáneo.
Se sabe que hay personas a las que la vejez no afecta tanto; pero son 4. Y nosotros no estamos en ese club…
Por eso, ponle remedio a tiempo y sonríete con sorna cuando, un día, dentro de mucho tiempo, te mires en el espejo y te sigas reconociendo como eras.