La Sala de Lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas que, tras un juicio por tribunal de jurado, condenó a diez guardias civiles que trabajaban en área de aduanas del Aeropuerto de Gran Canaria por los delitos de cohecho y falsedad documental al recibir ‘mordidas’ por hacer la ‘vista gorda’ con inspecciones de alimentos y dinero.
Fue la propia Benemérita la que destapó estos hechos en 2008, inciándose una investigación que acabó con la imputación de hasta diez agentes y dos pasajeros, aunque el juicio no se iniciaría hasta junio de este 2017.
En este sentido, ha rechazado los recursos presentados contra la sentencia del 24 de julio de 2017, emitida tras el veredicto de 6 de julio del jurado popular, que consideró culpables por unanimidad a los acusados. El fallo impuso penas de entre y cinco y ocho años de cárcel para más de la mitad de los acusados.
Por su parte, se consideraron probados un total de diez casos en los que los agentes recibieron dinero o algún tipo de ‘regalo’ a cambio de no comprobar si las cantidades de dinero que los pasajeros decían llevar eran realmente la que llevaban consigo.
UNA ‘MORDIDA’ DE 1.500 EUROS AL PILLAR 30.000 SIN DECLARAR
Así, destaca uno de los casos en el que un pasajero llegó a la isla con 30.000 euros sin declarar. Uno de los agentes, A.R.P., le exigió entonces la cantidad de 2.000 euros para no intervenírselo, tal y como establece la ley. Finalmente, el pasajero, tras una negociación con el guardia civil, accedió a darle 1.500 euros.
En otra ocasión, una pasajera arribó al Aeropuerto y se dirigió a la Oficina de Resguardo Fiscal para declarar 118.500 euros que afirmó portar. Entonces, el agente J.A.B.C. le dijo que no contaría el dinero para verificar la cifra a cambio de 50 euros. A continuación, otro guardia civil, J.J.P.M., le pidió además otros ocho billetes de 50 euros, dinero que se repartieron entre los dos agentes y el también guardia civil A.R.P.
Además, también se consideró probado que el 1 de agosto de 2008 A.R.P. acordó telefónicamente con un hombre la entrada de productos comestibles desde África saltándose las normas sanitarias y sin la fiscalización oportuna, pidiendo a cambio una caja del alimento en cuestión.
UNA CAJA DE PULPO A CAMBIO DE NO CONTAR UNA DECLARACIÓN DE 180.000 EUROS
En otro caso, un pasajero de origen coreano entró directamente a la Oficina de Resguardo Fiscal con una caja de pulpo que regaló a los guardias civiles. A cambio, los agentes no contaron de forma efectiva la cantidad de dinero que el pasajero decía llevar, unos 180.000 euros.
Mientras, en otra fecha, y tras la llegada de un vuelo procedente del extranjero, otro pasajero fue a la oficina para declarar 200.000 euros, momento en el que un agente le expuso que, si quería declarar una cantidad menor, no contaría el dinero, pero que, a cambio, tendría que pagar a los guardias civiles.
Otro caso similar fue el de un pasajero de Marruecos que llegó al Aeropuerto y acudió a declarar unos 250.000 euros, siendo el ‘modus operandi’ el mismo, pero en esta ocasión el guardia civil le dijo que le dejara «algo para el café», lo que se tradujo en 50 euros.