Primeras pruebas
El texto explica que crear una vacuna segura contra el VIH es bastante difícil —aunque no imposible— porque podría causar inmunopatologías, por lo que es necesario llevar a cabo una investigación a fondo.
En el caso de una vacuna para el SARS-CoV-2, también se trata de una ardua tarea. Prueba de ello es que todavía no existe cura para su antecedente, el SARS-CoV-1, que protagonizó un brote en 2003 en países del sudeste asiático y fue posteriormente erradicado. Las vacunas que se crearon en aquel momento tenían efectos secundarios en animales que en personas podrían haber sido fatales.
En la coyuntura actual, el problema es que no hay tiempo para hacer pruebas con animales que, por otro lado, poseen una inmunidad ligeramente diferente a la del ser humano. No obstante, en China se realizaron pruebas con macacos y lograron que los primates no volvieran a infectarse, lo que demuestra, al menos, que existe una inmunidad temporal al covid-19.