Por las circunstancias pandémicas que todos conocemos, el año 2020 también tuvo una enorme incidencia en el número de divorcios de las personas, que alcanzó cifras récord. La forzada convivencia de los matrimonios debida principalmente al confinamiento obligado por el estado de alarma, causó estragos entre las parejas. Se calcula que la cifra fue un 60% superior al de otros años. También hay que destacar la bajada del número de matrimonios, algo lógico por las medidas tomadas por las diferentes administraciones, que impidieron la celebración de cualquier tipo de boda durante muchos meses.
Pero, tal como se dice, “después de la tempestad, siempre viene la calma”, esta situación se ha estabilizado: en el primer trimestre del año ha descendido notablemente. Un proceso de divorcio es algo complicado y requiere que nos informemos a fondo. En la web www.wikidivorcios.com podemos encontrar toda la información que explicamos de manera más exhaustiva.
Causas de este descenso
La primera y principal causa de este descenso es que tras esa cifra récord de 2020 se resolvieron los divorcios que se entienden como media, más los que causó el exceso de convivencia del confinamiento. De alguna manera, el confinamiento aceleró las situaciones de conflicto de la convivencia.
Por otro lado, la llegada de algo más de calma ha permitido pacificar los ánimos en los hogares en los que también había surgido algún conflicto. Los psicólogos especializados en terapias de pareja afirman haber tenido un aumento considerable de trabajo a lo largo de 2020. Es evidente que algunas terapias no han funcionado, pero parece que otras sí lo están haciendo y ahora, tras unos meses de terapia, las cosas parece que se están arreglando.
A dónde apuntan las tendencias
¿Hacia dónde avanzamos? ¿Cómo será la tendencia en el resto de año que queda? La relajación de las medidas y estas terapias puede que estén ayudando a que la cifra siga siendo baja, pero, en el lado negativo, tenemos una crisis económica que puede estar causando mella en muchas parejas. También hay que considerar que lo sucedido ha hecho mella en la psico de las personas y ello también complica, en muchas ocasiones, la convivencia.
Así que la previsión es que las cifras vuelvan a estabilizarse en la media a medida que avance el año. Tal como podemos ver en este artículo https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Aumentaran-divorcios_0_1548145473.html, los divorcios, ahora bajos, volverán a sufrir un incremento.
Me quiero divorciar
En estos momentos puede que nos encontremos con algunas personas que están dándole una oportunidad a sus relaciones, pero que estén pensando en divorciarse en la medida en que esta oportunidad concedida no acabe cuajando.
El punto de partida para un divorcio es que uno de los miembros de la pareja manifieste su voluntad de quererse divorciar. Antes de tomar esta decisión es necesario valorar que esta sea la única solución a problemas con la pareja que puedan resolverse y ver si tenemos la capacidad de llevar a cabo cambios que mejoren nuestra relación.
Decisión en firme
Si llegamos a concluir que las diferencias son irreconciliables y que no hay voluntad de mejora por ambas partes, tendremos que establecer el tipo de divorcio que vamos a tener. Normalmente, se trata de llegar a un acuerdo amistoso en el que entren en juego aspectos como la pensión alimentaria, la custodia de los hijos si los hubiera y el régimen de visitas, así como la partición de bienes.
Si no es posible llegar a un acuerdo, deberemos emprender la vía contenciosa. La persona que desea divorciarse debe acudir al juzgado con representación jurídica (abogado y procurador) para solicitar el divorcio y esperar respuesta de la otra parte. Deberán aportarse todas las pruebas que se consideren oportuna respecto a todos los aspectos mencionados anteriormente (pensiones alimentaria o compensatoria, custodias o partición de bienes).
Valorar los costes
Tanto si se llega a un acuerdo, como si se tiene que tomar la vía contenciosa, las partes necesitan de un representante legal, un abogado especializado, que puede ser privado o de oficio (acogiéndonos a nuestro derecho a la justicia gratuita), teniendo en cuenta que, en el caso de la justicia gratuita el proceso puede demorarse seis meses. En el caso de haber acuerdo, puede hacerse con un único abogado.
Hay que tener claro que para acudir a la justicia gratuita hay que cumplir unos mínimos en ingresos que debemos consultar. De no cumplir estos requisitos, se tendrá que acudir a un abogado privado, que tiene un coste. En el caso de llegar a los tribunales, hay que tener claro que estos costes son mucho más altos.
Para iniciar una demanda de divorcio es necesario presentar el certificado de divorcio y acreditar la duración del matrimonio. También copia del libro de familia en el caso de haber hijos y certificados varios de ingresos de los implicados. Además, cada tipo de divorcio, de mutuo acuerdo o contencioso tiene implícita una documentación necesaria en cada caso.