El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) ha reducido de rojo a naranja el nivel de alerta en torno al volcán Kilauea, en Hawái, que entro en erupción el 29 de septiembre.
Los expertos han confirmado un descenso de la actividad eruptiva, si bien esta no ha supuesto peligro para la población en ningún momento. Se concentra en el cráter Halemaumau, en la zona del Parque Nacional de los Volcanes, y en principio no hay indicios que anticipen su expansión a otros puntos.
El cráter ha acumulado una capa de lava de 27 metros y el vertido exterior ha sido «leve», según el USGS, que constata también una reducción en los niveles de emisión de dióxido de azufre, que han pasado de 85.000 por día a 12.000.
Datos del Gobierno indican que el volcán es uno de los más activos del mundo. A lo largo del último sigo se han constatado al menos 50 episodios eruptivos. En 2018, el Kilauea protagonizó una fuerte erupción que arrasó más de 700 casas y forzó el desplazamiento de miles de personas.