En un descubrimiento que altera la percepción histórica de la capacidad constructiva humana en Europa y el Mar Báltico, investigadores han tropezado con una revelación sorprendente en las profundidades del Mar Báltico. Este hallazgo, que se produjo durante una expedición educativa en la bahía de Mecklenburg, Alemania, ha sido aclamado como un hito en la comprensión de las primeras civilizaciones europeas. A una distancia de aproximadamente 10 kilómetros de la costa y a una profundidad de 21 metros, el sonar multihaz del equipo detectó una estructura enigmática que se extiende casi un kilómetro a lo largo del lecho marino.
Este muro, compuesto por alrededor de 1,670 piedras dispuestas meticulosamente para conectar unas 300 rocas más grandes, ha sido datado en más de 10,000 años en el Mar Báltico, lo que lo convierte en la megaestructura en el Mar Báltico más antigua conocida construida por humanos en Europa. La investigación, dirigida por el geofísico Jacob Geersen de la Universidad de Kiel, sugiere que este muro, denominado Blinkerwall, fue erigido por comunidades de cazadores-recolectores de la Edad de Piedra, en un terreno que alguna vez estuvo al borde de un lago o pantano.
El fondo del Mar Báltico es un misterio para la ciencia
Este descubrimiento en el Mar Báltico desafía la comprensión convencional de las capacidades y la sofisticación de las sociedades prehistóricas. Los investigadores creen que el muro servía probablemente como una vía de conducción para la caza de renos, una práctica que implicaría el uso de estructuras para dirigir a los animales hacia un punto específico, facilitando su captura. La posible existencia de una segunda pared, actualmente enterrada bajo los sedimentos del fondo marino, apunta a un complejo sistema de caza diseñado para maximizar la eficiencia.
«Basándose en la información disponible», escriben los investigadores en su artículo, «la interpretación funcional más plausible del Blinkerwall es que fue construido y utilizado como arquitectura de caza para conducir manadas de grandes ungulados».
La longevidad y preservación del muro son testimonio del ingenio humano, con una estructura que ha sobrevivido el embate del tiempo y los cambios geológicos para revelar un capítulo olvidado de la historia europea. Los cambios en el nivel del mar y otros procesos naturales han sumergido innumerables asentamientos antiguos, llevándose consigo los secretos de las civilizaciones pasadas. Sin embargo, gracias a la tecnología moderna, los investigadores están comenzando a redescubrir estas ventanas al pasado, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la vida de nuestros ancestros.
Blinkerwall estudia este singular descubrimiento en el Mar Báltico
El Blinkerwall no solo destaca por su antigüedad, sino también por el potencial que ofrece para entender mejor los patrones de subsistencia de las primeras comunidades de cazadores-recolectores en Europa y en el Mar Báltico. La estructura sugiere un grado de complejidad socioeconómica y organizativa que va más allá de lo que tradicionalmente se ha atribuido a estas sociedades. A través del análisis de la construcción y la funcionalidad del muro, los investigadores esperan arrojar luz sobre las estrategias de supervivencia, las habilidades técnicas y la estructura social de los grupos humanos que habitaban Europa hace más de 10,000 años.
«La fecha sugerida y la interpretación funcional del Blinkerwall hacen que este elemento sea un descubrimiento emocionante, no sólo por su edad sino también por el potencial para comprender los patrones de subsistencia de las primeras comunidades de cazadores-recolectores», dice el equipo en su estudio.
Este descubrimiento en el Mar Báltico, publicado en la revista PNAS, no solo añade un capítulo fascinante a la historia humana, sino que también subraya la importancia de la investigación interdisciplinaria en la arqueología y la geofísica. Al combinar técnicas avanzadas de sonar con el análisis arqueológico, los científicos están desenterrando evidencia de actividades humanas que se creían imposibles en tales periodos antiguos. La megaestructura descubierta en el Mar Báltico sirve como un recordatorio de que, incluso en las profundidades más oscuras y los lugares más inesperados, yacen historias esperando ser contadas, historias que pueden redefinir nuestra comprensión de la capacidad humana y la historia de la civilización.