Hace pocos días los expertos rusos alertaban a instagrammers y curiosos de los peligros de bañarse en las aguas turquesas de «La Maldivas de Siberia», ahora es en España donde advierten del riesgo de sumergirse en el famoso «El Chernóbil Gallego».
Situado en la comarca de Carballo, en Galicia, el Monte Neme ofrece a los Instagramers una estampa irresistible. Tras sus montañas robustas, esconde un lago turquesa recóndito que en las fotografías en la red social da el aspecto de un enclave paradisíaco caribeño. Pero no lo es.
La realidad es muy diferente, el Monte Neme es una antigua mina de wolframio. Durante la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler pidió al dictador español, Francisco Franco Bahamonde, que extrajera este material, que en aquel momento sólo podía encontrarse en Galicia, León, Cáceres y Extremadura.
Después de 80 años las aguas de lluvia que se acumulan en el lugar atraen a turistas e influencers por su fascinante color y por el sorprendente paisaje. Pero quienes decidieron zambullirse en el estanque para lograr la foto perfecta, sufrieron las consecuencias.
Manuel Ferreiro, doctor del servicio de urgencias del Hospital Universitario de Coruña (CHUAC), en Galicia, explicó en una entrevista con la Cadena Cope, los riesgos a los que se exponen los bañistas del Monte Neme.
«El problema es que esas aguas se encuentran en el contexto de una explotación minera, en la que probablemente sí que pueda haber metales pesados que si se hace un baño esporádico puede generarnos algún problema», advirtió el doctor.
Entre los síntomas que sufren los turistas y bañistas, se encuentran principalmente las irritaciones cutáneas y los problemas digestivos.