Las restricciones de movilidad implementadas por el gobierno a causa de la crisis del COVID y el solapamiento de la desescalada con la llegada del verano propiciaron el incremento en las ventas de piscinas desmontables y prefabricadas, ante el cierre forzoso al que se vieron sometidas las piscinas municipales para evitar la aparición de nuevos focos de propagación de SARS-CoV-2 y la imposibilidad de recurrir a las ubicadas en zonas comunes de chalets y urbanizaciones.
Las ventas de piscinas desmontables se multiplican por cuatro desde 2020
La desescalada progresiva que se llevó a cabo a nivel autonómico desde las primeras semanas de mayo del año pasado supusieron un punto de inflexión para muchos españoles. Ante el desolador panorama que había dejado el confinamiento durante los meses de marzo y abril, el deseo de disfrutar lo máximo posible del verano se antojaba una necesidad para muchas familias, que veían cómo las restricciones de movilidad y los límites de aforos se prolongaban en el tiempo durante las semanas de las tradicionales vacaciones estivales.
Ante ese panorama, la adquisición de una piscina desmontable que ayudase a emular unas vacaciones de verano más comunes se erigió como la mejor opción para hacer más llevadera la imposibilidad de viajar a las zonas costeras y asistir a piscinas municipales, ya que los límites de aforo y las precauciones en materia sanitaria continúan implementados hasta el día de hoy.
La incertidumbre generada por la aparición repentina del coronavirus y la entonces probable opción de extender las restricciones en materia de movilidad entre comunidades hizo mella en centenares de familias, que buscaban disfrutar de unas vacaciones veraniegas convencionales en la medida de lo posible. Esto llevó a adquirir, casi de manera compulsiva, piscinas desmontables para implementar en chalets y jardines.
Los comercios dedicados a la venta de este tipo de productos han hecho balance de ventas del pasado año y confirman la tendencia reflejada durante los meses de verano. “Se ha experimentado un incremento en la venta de piscinas desmontables de entre un 170% y un 400% respecto al mismo periodo el año anterior, algo que, sin duda, es consecuencia directa del coronavirus”, señalan desde PiscinasAthena, una de las plataformas digitales especializada en la venta de piscinas desmontables y prefabricadas que ha experimentado un mayor auge en sus ventas. “Llegamos a agotar todas nuestras existencias durante los meses previos al verano”, indican desde su departamento de ventas.
Y es que las ventajas de utilizar una piscina desmontable son muy numerosas, más de lo que puede parecer en un principio: son muy fáciles de instalar, ya que no exigen realizar obras en el jardín ni acometer profundas revisiones del terreno para instalarla, son mucho más económicas que las tradicionales, son muy fáciles de guardar y su mantenimiento se ejecuta de una manera mucho más sencilla. Además, pueden ubicarse en cualquier parte, aunque el equipo de asesores de Piscinas Athena insiste en las recomendaciones de uso en espacios cerrados. “Las piscinas desmontables pueden ubicarse en cualquier espacio, peros se deben tener en cuenta ciertos aspectos para evitar accidentes con consecuencias potencialmente graves”, indican desde el comercio. “Hay que evitar ubicarlas en suelos de bloques de viviendas y azoteas, ya que el peso del agua estancada provoca que la acumulación del peso fracture la estructura de ladrillo y hormigón, causando accidentes potencialmente graves”, aseveran. Y es que este verano hemos asistido al derrumbamiento de un techo en Terrassa por una piscina desmontable ubicada sobre una estructura poco segura para este tipo de productos. “Siempre deben ubicarse sobre el suelo, en jardines, y no en el interior de viviendas particulares”, sostienen desde Piscinas Athena.
Recomendaciones de la OCU en materia de salud
Debido al auge en la venta y utilización de estas piscinas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una serie de recomendaciones para prevenir la repetición de este tipo de accidentes en el que, previsiblemente, va a ser un verano muy similar al anterior pese a haberse iniciado ya la campaña de vacunación del SARS-CoV-2. “No se debe colocar una piscina portátil en una terraza o azotea, ya que no resisten el peso de una piscina llena y puede ocurrir una catástrofe”, afirman desde la organización. Una información que comparte su equipo de expertos en productos de ocio para el verano: “la resistencia de un forjado se calcula para una carga de uso admisible de 200 kilogramos por metro cuadrado, el equivalente a una piscina infantil de 20 centímetros de profundidad que ocupara toda la terraza”. Una cifra que se antoja insuficiente e incompatible con el uso de estos productos en espacios como terrazas y azoteas. “A eso hay que sumar el peso de niños y adultos, por lo que no es viable. Una terraza no es el sitio para colocar una piscina portátil”.
Para usar este tipo de piscinas con todas las garantías, debe buscarse un espacio llano, firme y resistente que carezca de pendiente. También debe comprobarse con anterioridad el entorno donde va a estar ubicada, ya que debe estar alejada de peligros como ramas de árboles o deslizamientos de tierra. Es muy recomendable ubicarla junto a un sumidero, ya que puede sufrir algún tipo de rotura y contar con una vía de escape para el agua es vital para evitar males mayores. Y, sobre todo, extremar las precauciones en caso de utilizar una depuradora eléctrica, ya que la proximidad de una fuente eléctrica es enormemente peligrosa para todo aquel que se encuentre tanto en el interior de la piscina como en las proximidades.