El aumento de las temperaturas globales está generando una creciente preocupación en cuanto a la posible reaparición de enfermedades antiguas que han permanecido congeladas en el permafrost siberiano durante milenios. A medida que el hielo y el permafrost del mundo se derriten a un ritmo alarmante, los científicos han descubierto virus antiguos que, en algunos casos, aún son infecciosos. Aunque estas enfermedades no representan una amenaza inmediata para los humanos, su liberación podría tener consecuencias desconocidas para la salud pública y plantea interrogantes sobre la posibilidad de futuras pandemias.
El derretimiento del permafrost por el cambio climático podría suponer la liberación de millones de toneladas de metano y dióxido de carbono orgánico, y la aparición de microorganismos letales El permafrost es una capa de suelo formada por tierra, hielo y roca que parmanece completamente congelada
El permafrost, una capa de suelo que ha permanecido a temperaturas bajo cero durante más de dos años, se ha revelado como un depósito ideal para preservar virus y microorganismos durante largos períodos de tiempo. Un estudio realizado en 2021 reveló que un solo gramo de permafrost puede albergar miles de especies de microbios latentes. Este hallazgo sugiere que una variedad de enfermedades antiguas podría estar oculta bajo el hielo, esperando la oportunidad de reaparecer.
¿Por qué son preocupantes estos virus antiguos?
Aunque el riesgo de una pandemia causada por estos virus antiguos se considera bajo, los científicos reconocen la necesidad de abordar esta posibilidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la «Enfermedad X» como una prioridad en sus esfuerzos por prevenir futuras pandemias. La «Enfermedad X» se define como una epidemia causada por un patógeno desconocido en la actualidad como agente de enfermedades humanas. En este contexto, los virus antiguos congelados podrían desempeñar un papel en la aparición de una futura «Enfermedad X».
Mientras tanto, los científicos seguirán vigilando los virus antiguos congelados. «La OMS trabaja con más de 300 científicos para analizar la evidencia sobre todas las familias de virus y bacterias que pueden causar epidemias y pandemias, incluidas aquellas que pueden liberarse con el descongelamiento del permafrost», dijo a Bloomberg la portavoz de la OMS, la Dra. Margaret Harris .
Una de las principales preocupaciones es que, debido a la antigüedad de estas enfermedades, los humanos carecen de inmunidad y tratamientos farmacológicos efectivos para combatirlas. Si bien la probabilidad de que estas enfermedades se liberen del permafrost y causen una pandemia es baja, los científicos consideran que es importante estar preparados y vigilantes.
El virólogo Jean-Michel Claverie señala: «Nos damos cuenta de que podría haber algún peligro proveniente del norte a medida que el permafrost se derrite y libera microbios, bacterias y virus». Claverie también plantea un escenario hipotético en el que una enfermedad viral desconocida para los humanos, que pudo haber afectado a los neandertales, podría resurgir y representar una amenaza.
«Si los neandertales murieron de una enfermedad viral desconocida y este virus resurge, podría ser un peligro para nosotros», añadió Claverie.
¿Qué se está haciendo con los virus antiguos?
Para mitigar el riesgo de que estos virus antiguos sean liberados, es crucial preservar el hielo y el permafrost. Se están llevando a cabo esfuerzos en todo el mundo para conservar estas áreas y evitar que el calentamiento global acelere el proceso de fusión del hielo. Mientras tanto, la OMS está colaborando con más de 300 científicos para analizar las evidencias relacionadas con todas las familias de virus y bacterias que podrían causar epidemias y pandemias, incluyendo aquellas que podrían ser liberadas a medida que el permafrost se descongela.
Para evitar que estos virus resuciten de entre los muertos, se debe preservar el hielo en el que están congelados. Hay numerosos esfuerzos en curso en todo el mundo para preservar el hielo y el permafrost del mundo .
En un momento en que la salud pública mundial se ve amenazada por pandemias como la de COVID-19 que tuvo una alteración que pudo ser provocada por el permafrost, la posibilidad de que enfermedades antiguas resurjan debido al cambio climático se suma a la lista de preocupaciones de la comunidad científica y subraya la importancia de abordar la crisis climática de manera urgente y efectiva.