Durante casi dos décadas, los astrónomos se han encontrado perplejos ante las misteriosas señales emitidas por la primera súper Tierra detectada, conocida como 55 Cancri e. Este distante mundo, localizado a unos 40 años luz de nosotros, fue descubierto en 2004 y es aproximadamente ocho veces más grande que nuestro planeta. Sin embargo, un nuevo estudio podría haber arrojado algo de luz sobre este enigma.
Ubicado en una proximidad increíblemente cercana a su estrella, a una distancia que es menos del 2% de la que separa a la Tierra del Sol, 55 Cancri e completa su órbita en tan solo 17 horas. Este escenario provoca que el planeta experimente condiciones extremadamente adversas que hasta ahora no se habían logrado explicar del todo. Pero lo verdaderamente intrigante radica en su señal de tránsito, que se refiere a la luz que observamos desde la Tierra cuando el planeta pasa frente a su estrella y cuando desaparece detrás de ella.
El telescopio James Webb cerca de encontrar un planeta habitable
Los datos obtenidos por el Telescopio Espacial Spitzer revelaron que la parte diurna de 55 Cancri e alcanza temperaturas que superan los 2.427 grados Celsius, mientras que el lado nocturno, aunque todavía extremadamente caliente, es relativamente más fresco, aproximándose a los 1.127 grados Celsius. Las señales visibles que llegan de 55 Cancri e son inconsistentes. En ocasiones, no se detecta luz visible cuando se encuentra detrás de su estrella, pero en otras ocasiones, la señal es fuerte y clara. Sin embargo, en el espectro infrarrojo, la señal siempre está presente, aunque su intensidad fluctúa.
El reciente estudio propone una teoría sorprendente para explicar estas anomalías: la actividad volcánica extrema. Según los investigadores, la inmensa cercanía del planeta a su estrella podría estar provocando erupciones volcánicas masivas, expulsando gases calientes ricos en carbono que forman una atmósfera temporal. Esta atmósfera, sin embargo, no perdura. El calor abrasador hace que el gas se disipe rápidamente, dejando al planeta expuesto una vez más, hasta que un nuevo proceso de desgasificación comienza.
Este comportamiento inusual, donde la atmósfera se forma y luego desaparece repetidamente, podría ser la causa de las extrañas señales de tránsito que los astrónomos han estado observando. En los períodos en que 55 Cancri e se encuentra sin atmósfera, la luz visible del planeta desaparece, pero su resplandor infrarrojo persiste. Cuando su atmósfera se regenera, la señal en ambos espectros, visible e infrarrojo, vuelve a ser detectable.
El nuevo planeta sigue siendo un misterio para la NASA
Esta teoría, aunque intrigante, aún necesita ser confirmada. Aquí es donde entra en juego el Telescopio Espacial James Webb (JWST) que también hace unas semanas encontró una super Tierra posiblemente habitable. Con su avanzada tecnología, el JWST puede ofrecer una forma de validar o refutar esta hipótesis. Al medir con precisión la presión y la temperatura de la atmósfera del planeta, se podría esclarecer si esta atmósfera siempre está presente o si, efectivamente, se trata de un fenómeno cíclico y efímero.
Aunque la naturaleza exacta de 55 Cancri e y las razones detrás de sus señales cambiantes aún están envueltas en misterio, los avances científicos y la tecnología de vanguardia están acercándonos cada vez más a descifrar los enigmas del cosmos.