Se ha dado a conocer que el juzgado de instrucción número 2 de Mataró investiga a la dirección de la residencia Ca n’Amell de Premià de Mar (Barcelona) por un caso de homicidio por imprudencia profesional después de que durante los primeros meses de la pandemia muriesen 87 de los 200 residentes del centro.
Se acusa a los responsables del centro de haber provocado un «sufrimiento gratuito» a los usuarios de la residencia, de haberlos «desatendido» y de no haber tomado ninguna medida para evitar la situación que se desencadenó en el centro durante los meses de marzo y abril de 2020.
La Fiscalía, sin embargo, eleva la cifra hasta las 87 personas muertas vinculadas a la residencia. 62 murieron en el mismo centro, 24 en centros sanitarios en los que les habría trasladado y una última en su casa.
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias entran en una residencia de ancianos de Barcelona para desinfectar durante el confinamiento. Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias entran en una residencia de ancianos de Barcelona para desinfectar durante el confinamiento.
Con todo, la Fiscalía acusa al director de la residencia y a la directora médica de los delitos de homicidio por imprudencia profesional y de lesiones por imprudencia profesional y trato denigrante.