El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Santa Cruz de Tenerife, fundado hace 220 años por el ilustre portuense Agustín de Betancourt y Molina (1758-1824), quiso dejar claro “el grave problema de movilidad” en el que está sumida la isla de Tenerife, haciendo hincapié en que “llevamos 25 años con déficit, fecha para la que estaban proyectadas las autopistas actuales”. Los directivos del Colegio de Ingenieros se manifiestan a favor del tren del Sur. “Por sí solo no resolvería todo el problema de movilidad, pero es una gran alternativa entre las dos áreas más pobladas de la Isla, y serviría como conexión rápida para un aeropuerto, creo que el único del mundo con 12 millones de pasajeros anuales, sin un transporte guiado. No es de recibo que se pueda estar aquí en contra del tren y a favor en Las Palmas, cuando hasta Greenpeace lo ha bendecido como el sistema de transporte que menos contamina y menos impacto ambiental genera”. Añadió el vicedecano del Colegio, Luis Gutiérrez, que “si hoy se aprobara el proyecto ya redactado se tardarían seis años en construirlo, generando 3.500 puestos de trabajo por año de construcción, y entre los indirectos, se beneficiarían multitud de sectores productivos de la Isla, como los relacionados con el sector alojativo, de restauración, así como proveedores de materiales de construcción y maquinaria”.
Además, los también ingenieros Rufino García e Iván Solla, destacan que “el tranvía, con 55.000 pasajeros/día, está siendo rentable, amortizando ya la inversión y Metropolitano de Tenerife es el que ha redactado también el proyecto del tren del Sur y su viabilidad económica”.
Luis Gutiérrez indicó que “recuerdo un director general de Carreteras del Gobierno de Canarias que siempre decía una frase: “Cuando voy a Gran Canaria la gente en los pueblos y los políticos se me manifiestan para pedirme inversión y obras; cuando voy a Tenerife, me atizan para que no las haga. Resultado, en Gran Canaria lo tienen todo construido, y aquí todo por hacer, estando en la misma situación de carreteras que hace 25 años”.
Para Rufino García Fernández, presidente de la Fundación Cultural Canaria de Ingeniería y Arquitectura Betancourt y Molina, uno de tantos problemas de la movilidad en la isla es que “se carece de una autoridad única que gestione de forma coherente la movilidad a nivel insular, porque, si se pretende ordenarla y un alcalde dice que deja aparcar a todo el mundo en la calle y encima de las aceras, no hay manera de lograrlo”. Sobre este asunto, señaló que la gestión de los aparcamientos es una de las herramientas básicas para afrontar el problema, recordando que “Santa Cruz es la única capital de provincia que no regula los aparcamientos ni tiene áreas en el exterior para dejar el coche y coger el transporte público”. En este caso, su colega Luis Gutiérrez propone limitar la entrada de coches particulares en las grandes ciudades, como se hace en todas partes de Europa. “No puede ser que los aparcamientos en el sur, por ejemplo, estén ocupados todo el día por los trabajadores de los hoteles, sin rotación alguna”.
Citaron el proyecto de la variante de Adeje o también llamado de la ciudad turística del Sur, que fue aprobado en el Plan Director de Infraestructuras de Canarias en abril de 1999, y “no se ha hecho ni una raya”. Igual ocurre con el tercer carril de la TF-1 entre San Isidro y Las Américas, que tiene el proyecto de trazado aprobado desde 2009, y aún carece de proyecto de construcción.
Rufino García recordó que el sistema viario del área metropolitana, que recoge “absolutamente todo lo que hay que hacer”, está aprobado por el Cabildo en 2006, pero, en un momento dado, alguien dijo ‘ahora no me gusta”, y se paralizó.
La realidad es que “hay dos secciones de las carreteras de Tenerife que soportan más de 100.000 vehículos al día. Una es el área Metropolitana y otra la zona de la Ciudad Turística del Sur. Esto supone que, de media, 130.000 personas circulan por ahí a diario y el 80% de los vehículos lo hace con una sola persona. Si lográramos que en cada coche viajaran dos pasajeros, la cifra de vehículos sería 65.000, más manejable. Solo con ese hecho disminuiríamos el 35% de la demanda de movilidad motorizada”, aseguró el ingeniero. Recordó que en los años 70 del pasado siglo se pusieron en funcionamiento las actuales autopistas, TF-1 y TF-5, diseñadas para un horizonte temporal de 25 años, y una intensidad de tráfico de 22.000 vehículos al día. Hoy, 50 años después, soportan, en algunas secciones, más de 100.000 vehículos por día. Los primeros problemas de agotamiento se detectan en los años 90, después de que la población de la Isla creciera en 227.000 personas y desde entonces hasta ahora ha crecido en 300.000.
“Lo cierto es que la red básica de autopistas de la Isla se diseñó cuando Tenerife contaba con 400.000 habitantes y 11.400 vehículos y ahora somos 1.050.000 personas y 850.000 vehículos. A nadie le puede extrañar que tengamos problemas de movilidad”, apuntó.
Respecto a la red comarcal de vías, explicó que “básicamente sigue soportado por las redes diseñadas en el siglo XIX, que unía los núcleos de medianías, mientras que actualmente la población se ha desplazado hacia la costa, y en muchos tramos, esta red ha desaparecido o se han convertido en travesías urbanas”.
NO DA PARA 69 OBRAS
En relación con la financiación de las carreteras, recordó que el convenio de las mismas de 2018, vigente hasta 2025, prevé una inversión de 1.200 millones de euros. Sin embargo, alertó sobre una cláusula de este acuerdo entre el Gobierno central y el de Canarias, que estipula que “si la suma de los costes finales de todas las actuaciones incluidas en el anexo 1 superase el importe máximo fijado en este convenio, corresponderá a la Administración Pública de la comunidad autónoma de Canarias asumir el exceso, sin que las obras incluidas en el mismo puedan ser objeto de financiación en un convenio posterior”.
En su opinión, es necesario que este punto del acuerdo se modifique, porque, si no es así, “apaga y vámonos”. Según detalló, el convenio contempla 69 obras en un listado “sin valorar que no corresponde a ninguna planificación del Gobierno de Canarias”. De estas, están ya adjudicadas el enlace de Las Chafiras, el tramo del anillo insular entre El Tanque y Santiago del Teide, la fase 2 de la carretera Agaete-La Aldea y Puerto del Rosario-La Caldereta. “Solo estas cinco obras suponen más de 651 millones, más de la mitad de lo previsto en el convenio y son 69”, afirmó. Asimismo, recordó que el convenio contempla todas las obras pendientes en Tenerife, que, según estimó, “pueden superar los 6.000 millones”.
El ingeniero se detuvo en la situación de las vías de la ciudad turística del Sur de Tenerife (Los Cristianos-Costa Adeje), uno de los puntos críticos para el tráfico en la Isla, y comentó que esta vía, que es “al mismo tiempo un corredor insular y una travesía urbana, tiene 10 enlaces en algo más de 8,5 kilómetros”. En las actuales circunstancias, esta carretera es “una ratonera, porque, si hay un incidente en esa vía, se cierra la ciudad turística y se cierra el anillo insular”. En este punto, aclaró que en esa zona viven 140.000 personas, “entran y salen 150.000 vehículos al día y se producen 100.000 desplazamientos internos”.
Más densidad de población que Mallorca o Japón
En un estudio realizado por Rufino García Fernández se recoge la población de Tenerife desde 1900 hasta el año 2020, así como la estancia de turistas. A principios del siglo XX, la Isla tenía 137.469 habitantes y en
2019 la cifra alcanzaba los 917.841, que sumándole los turistas al día supera el millón (1.036.518). Si cogemos los últimos 30 años, Tenerife ha crecido una media anual de 10.000 habitantes, “algo así como un municipio como El Sauzal cada año”, señala gráficamente el ingeniero Rufino García. Además, cuando se hicieron en los años 70 las autopistas del Norte y del Sur, tenían un horizonte de 25 años, cuando en la Isla residía solo la
mitad de la población de hoy en día (500.381 habitantes más 8.000 turistas/día). La media de vehículos diarios por los tramos más congestionados (Laguna-Santa Cruz y Guaza Adeje) era en aquella década de 20.000 coches diarios, hoy se alcanzan en esos tramos los 115.000.
Para tener una idea comparativa del crecimiento demográfico en las Islas, Rufino García citó el caso de Mallorca, que, con una tasa de 244 residentes por kilómetro cuadrado, está debatiendo desde hace tiempo esta cuestión, y recordó que Japón, considerado uno de los países más poblados del mundo, tiene una
media de 334. “Si, además, tenemos en cuenta que el 49% de nuestro territorio está protegido y, si hacemos estas mismas cuentas sobre el 51% de suelo útil, la densidad de población en Tenerife se acerca a los 1.000 habitantes por kilómetro cuadrado”, afirmó.