Está claro que aunque muchos, probablemente, lo desconozcan casi seguro, el hecho de no utilizar un vehículo no te exime de que este deba someterse a la inspección técnica obligatoria de automóviles en nuestro país. Tanto es así que la Dirección General de Tráfico (DGT) está multando a los conductores que no han pasado la ITV, aunque tengan su coche aparcado.
Tampoco es cierto aun que muchos lo piensen, que solo te pueden sancionar cuando un vehículo es interceptado en carretera, sino que la DGT puede multar a cualquier «vehículo matriculado o puesto en circulación». Así se desgrana en el artículo 10 de Inspecciones Técnicas de Vehículos: «Los vehículos matriculados o puestos en circulación deberán someterse a inspección técnica en una de las Estaciones de Inspección Técnica de Vehículos al efecto autorizadas por el órgano competente en materia de Industria en los casos y con la periodicidad, requisitos y excepciones que se establecen en la reglamentación que se recoge en el anexo I.
Evidentemente y sin duda alguna, la DGT solo te podrá multar cuando has tenido previamente una ITV desfavorable, negativa o caducada. Si el vehículo ha sido sancionado por no cumplir con la obligación de acudir a su cita con la ITV periódica, lo común es que las fuerzas de seguridad coloquen automáticamente una sanción de en el parabrisas del coche. Aunque, una vez iniciado el proceso sancionador, el propietario deberá recibir también una notificación de la Jefatura Provincial de Tráfico en su domicilio.
Deficiencias
Después de haber sido sancionados por haber caducado la ITV de nuestro coche no deberíamos, en ningún caso, circular con él. De ser así, la sanción podría ser todavía mayor y si los agentes de Tráfico te interceptan en carretera, podrían incluso inmovilizar el vehículo. En estos casos, lo que hay que hacer es solicitar una cita previa a nuestro centro de ITV más cercano.
En cualquier caso, si efectivamente han tenido una ITV desfavorable o caducada, no han hecho nada para remediarlo y tienen el coche aparcado, la multa a la que se enfrentan es de 200 euros. No obstante, puede ser aún peor. Si un vehículo ha recibido una ITV negativa y, por lo tanto, se considera que presenta deficiencias importantes que ponen en peligro la seguridad, el propietario podría ser sancionado con una multa de hasta 500€.