El Defensor del Paciente recibió en 2019 un total de 13.454 denuncias de negligencias médicas (881 menos que en 2018), las cuales provocaron 757 muertes (53 menos que el año anterior) debido, sobre todo, al error del diagnóstico.
Estos datos se extraen de la memoria anual de esta asociación, en la que se sostiene que, aunque el número de negligencias médicas haya descendido, «la sanidad no goza de buena salud».
Los casos más habituales de negligencias medico-sanitarias se han producido por mala praxis, como intervenciones mal realizadas, altas precipitadas, atención, deficiente, infecciones hospitalarias y retrasos en ambulancias, entre otros. Pero la principal razón se debe al error de diagnóstico y la pérdida de oportunidad terapéutica.
En concreto, el Defensor ha recopilado 343 casos surgidos tras una intervención de cirugía plástica, reparadora y estética «con resultado insatisfactorio», mientras que 148 bebés nacieron con alguna discapacidad por partos «llevados de forma inadecuada» o con fórceps, lo que causó secuelas como sufrimiento fetal o parálisis cerebral o braquial.
Además, según la memoria, 35 personas fallecieron en casos en los que tras avisar al 112, o bien no se envió una ambulancia al domicilio para trasladar al enfermo a un hospital, o bien la respuesta fue tardía con más de una hora de retraso.
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