El padre de las niñas, Tomás Gimeno recogió a sus hijas como de costumbre. Primero a la pequeña Anna de 1 año en el domicilio materno, después en el colegio a Olivia de 6 años. A las 19:30 estaban vivas, visitando a los padres de Tomás. Fue la última vez que las vieron pero luego los padres contarían que Tomás se despidió de una manera extraña. Tomas abrazo a su padre. “Nunca me abrazaba”. Por eso lo interpretaron como una despedida, pero no dijeron dónde iban.
«Me abrazó y nunca lo hacía”
Sobre las 21:00 horas la madre llegó a la casa de su expareja para recoger a sus hijas como de costumbre. No estaban y por teléfono Tomás le dijo que se las devolvería después de cenar que estaba todo bien. Beatriz recoge unos cuadros del exterior de la vivienda que le había dejado su ex pareja. Ellos no tenían convenio regulador, ni sentencia judicial para las visitas.
A las 21:59 viendo que las niñas no llegan con Tomás, Beatriz le vuelve a llamar. Es la primera discusión. Y la primera vez que él verbaliza que “se va a encargar bien de las niñas y que no iba a saber más de ellos”. Beatriz asustada va al cuartel de la Guardia Civil de Radazul. Hace dos llamadas a las 22:30 y 22:40 y Tomás se mantiene en que no las va a volver a ver. Pone una denuncia pero los guardias están instruyendo otras diligencias por una presunta agresión sexual. Toman nota pero no ocurre nada. Beatriz sigue en el exterior esperando. Los guardias llaman a Tomás pero no contesta. Y Beatriz dice que volverá más tarde.
A las 23:30 Tomás volvió al puerto. El controlador lo ve pero no hay nada que le indique sucede algo raro. No se sabe dónde estuvo con la barca. Tomás muy nervioso le dice que necesita un cargador de móvil que ha olvidado en casa. No le importa el toque de queda y va a una gasolinera a comprarlo. Estuvo 20 minutos cargando y zarpó de nuevo a la media hora después de la media noche. Beatriz le había intentado llamar antes de las 00:00 horas pero no contestaba. Consigue hablar con él a la 1:30 y mantienen una conversación larga, sobre su relación. Tomás le dice que “se va a ir lejos y que no va a volver a ver a las niñas”. Beatriz no vuelve a saber de él.
A las 2:00 Beatriz llamó a los padres de Tomás y a los amigos que la dijeron cómo se había despedido de ellos por WhatsApp. A las 6:00 volvió al cuartel y llamó repetidamente al teléfono de su expareja. No contestaba. Desde Radazul, los guardias la llevaron a la Guardia Civil de Candelaria.
No hay movimientos de dinero. A esta hora se indaga en el número de móvil de Tomás para saber si organizó el secuestro de sus hijas y una simulación en el mar. Pudo subirse a otro barco y dejar a la deriva su lancha.
Hasta ahora, la investigación pudo localizar restos de sangre en el barco de Tomás Antonio G.C., en el cual fue visto por última vez antes de desaparecer sin que estuviera acompañado en ese momento por sus hijas.
Además, en la zona donde fue localizada la embarcación, a la deriva y sin ocupantes a bordo, frente al Puertito de Güímar, fue recuperada una silla de retención infantil para vehículos que estaba flotando en el mar y que se ha comprobado que era de una de las niñas desaparecidas.
Las labores de búsqueda en el litoral de Tenerife se han retomado a primera hora de este sábado, informaron a Efe fuentes de la Guardia Civil.