La salud bucodental es un asunto que a veces descuidamos más de lo debido. No hablamos únicamente de cumplir con las indicaciones de higiene básicas que dan los especialistas: lavarse los dientes tres veces al día, evitar el abuso de bebidas azucaradas y chucherías, usar colutorios de farmacia… Incluso quienes cumplen rigurosamente con estas recomendaciones adolecen en muchas ocasiones de algo fundamental como una visita, al menos anual, a nuestro dentista de confianza.
La percepción más generalizada de la población es que el dentista sólo es necesario visitarlo cuando hay que tratar una caries, instalar brackets, extraer una pieza, hacer un blanqueamiento o cualquiera de estos tratamientos habituales que todos conocemos. Sin embargo, acudir a estas clínicas al menos una vez al año para una revisión y una limpieza es una costumbre que todos los usuarios deberían tomar para garantizar la higiene de su boca. Por suerte, el número de pacientes que han tomado consciencia de esta situación crece cada año, pero aún sigue siendo una cifra menor de la debida.
Para quienes quieren apuntarse a la lista de pacientes que sí cuidan de su salud bucodental, a continuación daremos algunos consejos para elegir la mejor clínica que harán la visita al dentista mucho más cómoda y sencilla.
Lo que debemos revisar
La mayoría de pacientes suelen tener su dentista de toda la vida, al que iban desde pequeños, al del barrio, al que está más cerca de casa, etc. Sin embargo, no todas las clínicas son igual de efectivas para todos los clientes, que tienen necesidades distintas. Por esa razón, nuestra recomendación general es que, antes de decidirnos, evaluemos las siguientes características:
Un equipo de profesionales
Aparentemente, nadie duda del dentista que tiene enfrente cuando entra a la sala o a la clínica y ve toda la ristra de títulos colgados en la pared. Ahora bien, ¿es esto suficiente para decir que no está atendiendo alguien cualificado? Si rápidamente localizamos el título de Medicina u Odontología (más recientemente), sabremos que el doctor tiene cualificación. Pero además de esta titulación, es crucial localizar también su certificado de miembro del Colegio de Odontólogos y los títulos de los estudios de posgrado que habilitan para tal efecto. Sólo así estaremos seguros.
Por otro lado, junto al dentista suelen trabajar tanto higienistas como auxiliares, que no son lo mismo. El problema es que en muchas clínicas los auxiliares realizan la labor de higienistas, aunque no estén ni homologados ni cualificados para ello. También este aspecto deberíamos tenerlo bajo control para que no cualquiera toque nuestra boca.
Un buen equipo de profesionales como los de Dehental, clínica dental Zaragoza de vanguardia, es la mejor garantía de que estamos en las manos adecuadas.
Atención, prevención y curación
Al acudir a nuestro centro de odontología, debemos tener la sensación de que estamos realmente atendidos. No sólo por el equipo administrativo y de recepción, sino por los propios doctores. Deben escuchar nuestros problemas, nuestras dolencias, y presentar para esto las soluciones más eficaces. Por supuesto, estar al tanto de todo el proceso es fundamental para transmitir transparencia y tranquilidad, algo que corresponde también al dentista, que debe informar al paciente de todos los pormenores del tratamiento, sea cual sea. Sólo así un cliente puede valorar si las expectativas generadas en la primera consulta se cumplen o si, por el contrario, los avances no prosperan. Es entonces el momento de valorar si debemos cambiar de clínica para buscar profesionales que sí satisfagan nuestras necesidades y no alarguen el proceso para su lucro económico.
Especialización
Las clínicas dentales suelen ofrecer muchos tratamientos alternativos para los posibles problemas que los pacientes planteen. Pero, ¿realmente cuentan con la capacidad de llevarlos a cabo? Actualmente, la odontología ha desarrollado ramas de especialización bien definidas para cada problema, por lo que forma a los profesionales en función de sus aspiraciones sanitarias. Higienistas, ortodoncistas, implantólogos… todos ellos son odontólogos, pero sus especializaciones son distintas y su capacidad para afrontar ciertas afecciones también. Por esa razón, si acudimos a una clínica buscando solución a un problema concreto, es recomendable cerciorarse de que el doctor que nos tratará está especializado en esos tratamientos.
Precios adecuados
Uno de los hándicaps habituales para los pacientes de estas clínicas es el alto coste de algunos tratamientos, como es comprensible. Eso motiva a algunos de los usuarios a buscar centros con precios más asequibles, aunque quizá pasan por alto un dato de interés. El coste alto de los tratamientos generalmente viene dado por el material que se usa, ya que se requiere una altísima calidad para que surtan efecto. Un precio más reducido de lo habitual puede conllevar el uso de piezas de calidad más dudosa, lo que a la larga saldrá más caro, pues habrá que repetir el tratamiento. En pocas palabras, lo barato puede salir caro.
Por otro lado, la mayoría de clínicas ofrecen financiación interna y facilidades de pago para sus clientes, por lo que es más recomendable hacer un pequeño esfuerzo y aprovechar las posibilidades de recibir un buen tratamiento.