Recientes hallazgos en el Parque Nacional Canaima, Venezuela por investigadores, han desvelado la existencia de una antigua cultura hasta ahora desconocida, enterrada bajo las arenas del tiempo. Un equipo de arqueólogos descubrió 30 sitios de arte rupestre, datados de miles de años, que indican la presencia de una civilización nunca antes registrada.
Liderados por José Miguel Pérez-Gómez, de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, los investigadores han identificado estos sitios que contienen pictogramas y petroglifos. Las representaciones incluyen hojas simples, figuras humanas estilizadas y complejos patrones geométricos, lo cual sugiere una rica actividad cultural y simbólica. Según Pérez-Gómez, este arte «representa una nueva cultura previamente desconocida», un hallazgo de gran importancia para la arqueología y la comprensión de la historia precolombina en América del Sur.
El líder del equipo explicó a Live Science que es casi imposible comprender completamente las motivaciones detrás de estas creaciones artísticas debido a la distancia temporal. Sin embargo, sugirió que las imágenes probablemente tenían significados rituales. Los investigadores piensan que las diferentes imágenes podrían estar relacionadas con eventos significativos como el nacimiento, la enfermedad, la renovación natural y la caza. Incluso la ubicación de las obras de arte dentro del paisaje parece haber tenido un significado especial, similar a cómo las iglesias son vistas por las sociedades modernas.
Hasta el momento, los investigadores no han podido determinar la edad exacta de los dibujos antiguos. No obstante, se ha encontrado arte rupestre similar en Brasil que data de hace unos 4,000 años, y Pérez-Gómez cree que los hallazgos de Venezuela podrían ser incluso más antiguos. Este tipo de estimaciones subraya la importancia de continuar con las investigaciones para precisar la cronología de esta cultura perdida.
Los investigadores intentan descifrar esta nueva cultura antigua
El Parque Nacional Canaima, que se extiende a lo largo de un área similar al tamaño de Bélgica, es un vasto territorio de bosques y terrenos montañosos, famoso por el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo en tierra. Los investigadores consideran que esta área pudo haber sido la «zona cero» donde se desarrolló inicialmente esta enigmática cultura. Desde allí, hipotetizan, las gentes pudieron haberse desplazado a regiones tan distantes como el río Amazonas, las Guayanas y el sur de Colombia, donde también se han encontrado obras de arte similares.
La diversidad y complejidad de los petroglifos y pictogramas descubiertos sugieren una civilización con una rica tradición artística y simbólica. Los investigadores están trabajando arduamente para analizar y catalogar cada uno de los sitios descubiertos. Este proceso es fundamental para entender la magnitud y alcance de esta cultura en el contexto de las antiguas civilizaciones sudamericanas.
Los arqueólogos se enfrentan a numerosos desafíos mientras continúan sus investigaciones en el Parque Nacional Canaima. La densa vegetación y el terreno accidentado dificultan el acceso a muchos de los sitios. Además, la preservación y protección de estos hallazgos es una prioridad, ya que ofrecen una ventana invaluable al pasado de la humanidad. A pesar de estos obstáculos, el equipo está decidido a profundizar en su estudio para desvelar más secretos sobre esta cultura desconocida.
El trabajo de los investigadores no solo se centra en el análisis de las representaciones artísticas, sino también en la comprensión de la vida cotidiana de estas antiguas poblaciones. Están empleando una variedad de técnicas avanzadas, desde la datación por radiocarbono hasta el análisis químico de los pigmentos utilizados en los petroglifos, para obtener una visión más completa de la época en la que vivieron estos pueblos.
Los arqueólogos también están interesados en el contexto ambiental y geográfico en el que se realizaron estos trabajos de arte. Están examinando cómo el entorno pudo haber influido en la ubicación y estilo de las representaciones rupestres. Esto podría proporcionar información sobre cómo estas antiguas culturas interactuaban con su entorno y cómo utilizaban el paisaje a su favor.
El descubrimiento de esta antigua cultura en el Parque Nacional Canaima tiene implicaciones significativas no solo para la arqueología, sino también para la historia y antropología de América del Sur. Los investigadores esperan que sus estudios ayuden a reescribir partes de la historia precolombina y a arrojar luz sobre la rica diversidad cultural que existía en el continente antes de la llegada de los europeos.
La colaboración internacional es un aspecto crucial de esta investigación. Los arqueólogos están trabajando con expertos de diversas disciplinas y países para asegurar que se empleen las mejores prácticas y tecnologías disponibles. Este enfoque interdisciplinario está proporcionando resultados más detallados y precisos, lo que es vital para el avance de la investigación arqueológica.
El descubrimiento de esta antigua cultura previamente desconocida en Venezuela representa un avance monumental en la arqueología sudamericana. Gracias al trabajo meticuloso de los arqueólogos e investigadores, estamos empezando a comprender mejor las complejidades y riquezas de las civilizaciones que existieron en esta región hace miles de años. A medida que continúan las investigaciones, es probable que se revelen aún más secretos sobre este fascinante capítulo de la historia humana.