Distorsionando espeluznantemente su rostro y escuchó hacer ruidos de risitas amenazantes, esta es una muñeca con la que no querrías que tus hijos jueguen.
Robert, el muñeco, es un muñeco supuestamente embrujado cuyo nombre no hace justicia al terror que ha dejado en sus dueños anteriores.
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Y tampoco te dejes engañar por su apariencia inocente. Tan petrificada ha estado la gente con el muñeco y su oscura historia, que tienen que pedir permiso para tomar su fotografía.
Ampliamente conocido como la inspiración detrás de las películas de terror de Chucky, Robert fue entregado inicialmente a un niño de cuatro años llamado Gene Otto, por sus padres en Key West, Florida, en 1904.
Se decía que Gene estaba increíblemente apegado a su nuevo compañero de juegos, y con frecuencia se lo escuchaba tener conversaciones con él en las que le respondía.
Si bien los Otto inicialmente pensaron que su hijo estaba inventando las voces, pronto se dieron cuenta de que había algo mucho más siniestro en juego cuando lo vieron moviéndose por la casa en varias ocasiones.
Gene continuó negándose a separarse de Robert hasta bien entrada la edad adulta, e incluso lo mantuvo a su lado mientras pintaba debido a su profesión de artista más adelante en la vida.
Mantenidos apoyados en una ventana de arriba, los escolares que pasaban informaban haber visto desaparecer y reaparecer a la muñeca, y comenzaron a evitar la casa por completo.
Los visitantes de la casa afirmarían haber escuchado pasos y risas desde el ático donde se encontraba, y verían sus expresiones faciales contorsionarse si alguien hablara mal de su dueño anterior.
Robert fue donado al Museo Fort East Martello de Cayo Hueso, donde desde entonces se ha mantenido detrás de un vidrio con protección UV.
Quienes lo visitan le piden permiso antes de tomar fotografías o filmar, pues se dice que quienes no lo han hecho se han enfrentado previamente a multitud de desgracias, como un accidente automovilístico, fracturas de huesos, pérdida de empleo y rupturas matrimoniales.