Una pregunta cotidiana que la ciencia resuelve y que divide opiniones dentro de los hogares, oficinas e incluso gimnasios ha recibido una respuesta clara desde el punto de vista científico. ¿Es mejor ducharse por la mañana o por la noche? La microbióloga Primrose Freestone, de la Universidad de Leicester, ha abordado esta cuestión desde una perspectiva de higiene y microbiología, y sus conclusiones podrían modificar rutinas establecidas.
Ducharse por la noche, señala Freestone, tiene la ventaja de eliminar el sudor, la contaminación, la grasa de la piel y otras partículas acumuladas durante el día. Desde una perspectiva lógica, parece una opción sensata para quienes desean mantener su cama limpia. Sin embargo, durante el sueño el cuerpo humano sigue produciendo sudor, descamación de células muertas y secreciones naturales. Estos residuos quedan atrapados en la ropa de cama, que si no se limpia con frecuencia, se transforma en un hábitat ideal para bacterias, ácaros del polvo y hongos según la ciencia.
Estos microorganismos pueden desencadenar múltiples problemas: desde malos olores y picores en la piel hasta alergias respiratorias e irritaciones, especialmente en personas con condiciones preexistentes como el asma. Por esta razón, aunque la ducha nocturna limpia lo que se ha acumulado durante el día, no evita que se despierten con un cuerpo nuevamente cubierto de partículas indeseadas.
La ducha matutina gana puntos en higiene y bienestar según la ciencia
Ducharse por la mañana según la ciencia no solo elimina esos residuos corporales generados durante la noche, sino que también tiene efectos beneficiosos en la activación del cuerpo. Freestone destaca que la ducha al comenzar el día mejora la circulación sanguínea, estimula el sistema nervioso y ayuda a despejar la mente, lo que puede mejorar el rendimiento mental y físico desde las primeras horas.
Además, al eliminar sudor y bacterias acumuladas en la noche, se reduce el riesgo de que proliferen gérmenes en la piel durante las actividades diarias. También hay un beneficio adicional para personas con alergias: una ducha matutina puede ayudar a eliminar los restos de alérgenos como el polvo o el polen que hayan quedado en la piel o el cabello durante la noche, antes de salir al exterior.
No obstante, la científica insiste en que la clave para mantener una higiene personal completa no radica solo en la hora de la ducha, sino en la frecuencia con la que se lavan las sábanas, fundas de almohada y toallas. Lo recomendable es hacerlo, al menos, una vez por semana. Dormir en ropa de cama sucia anula cualquier beneficio higiénico de una ducha, sea cual sea el momento en que se realice según la ciencia.
Freestone reconoce que el momento ideal para ducharse también depende del estilo de vida. Quienes hacen ejercicio por la noche o trabajan en ambientes contaminados podrían necesitar eliminar impurezas antes de acostarse. Por otro lado, aquellos que comienzan el día en entornos formales o calurosos se benefician más de una limpieza a primera hora.
Mientras ducharse por la noche puede parecer higiénico al preparar el cuerpo para dormir limpio, la acumulación natural de sudor y bacterias durante el sueño convierte a la ducha matutina en una opción más eficaz desde una perspectiva de salud según la ciencia. La frescura que se obtiene por la mañana no es solo una sensación: es también una forma de mantener a raya los microorganismos que habitan en nuestro entorno más íntimo. La decisión final, como siempre, depende de cada persona, pero la ciencia ya ha dejado clara su recomendación.