El popular y millonario Barron Hilton, magnate hotelero que murió en los últimos días, dejó una inmensa fortuna de la cual, según su testamento, solo una pequeña fracción irá para su familia.
El empresario estadounidense tenía 91 años y murió por causas naturales en su casa de Los Angeles, según informó su familia el sábado.
En su extensa y multifacética carrera hotelera y de negocios, ocupó durante 30 años la dirección ejecutiva de la cadena hotelera y convirtió a Hilton en la máxima marca del sector. En 2007, el Grupo Blackstone compró los 2.800 establecimientos de la firma, incluido el famoso Waldorf-Astoria, en 26.000 millones de dólares.
La popular cadena fue fundada por su padre, Conrad N. Hilton. Pero Barron amasó una fortuna aún antes de unirse a la empresa familiar. Trabajó con productos de naranja, una empresa petrolera, alquiler de aviones y hasta el fútbol americano: fue dueño fundador de la American Football League (AFL), liga que posteriormente se fusionó con la NFL bajo su supervisión.
La esposa de Hilton, Marilyn Hawley Hilton, ya había muerto en 2004. Sobreviven a ambos ocho hijos, 15 nietos -entre ellos las famosas herederas Paris y Nicky Hilton- y cuatro bisnietos.
Se calcula que ellos se repartirán una cifra nada despreciable, cercana a los 100 millones de dólares.
No obstante, el grueso de la herencia se destinó a la Fundación Conrad N. Hilton, que recibirá cerca del 97% del patrimonio, unos USD 2.900 millones. Con este aporte, los recursos de la organización pasarán a ser 6.300 millones de dólares.
La ONG se estableció en 1944 e invierte en varias áreas: iniciativas católicas, asistencia contra desastres naturales, programas de juventud y combate al HIV infantil, entre otras, según la página oficial.