Este jueves, 10 de marzo, se cumplirán 15 años desde que desapareciera el pequeño Yéremi Vargas, que tenía 7 años cuando se le perdió la pista mientras jugaba en un descampado cerca de la vivienda familiar en Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria), y su familia sigue luchando para que se haga justicia.
La madre de Yéremi, Ithaisa Suárez, ha asegurado en sus redes sociales que el caso de su hijo no sólo cambio sus vidas, sino que fue “un antes y un después para todos”, haciendo especial hincapié en que aún siguen luchando para que se esclarezca lo sucedido y matizando que lo están haciendo “con miles de trabas por parte de la justicia”.
“Mi impresión es sólo una –agregó– y a mi parecer en vez de querer hacer justicia desean buscar un fallo para volver a cerrar [el caso], pero nosotros lucharemos. Siento impotencia, rabia y dolor”.
Asimismo, insistió en que van a pelear “hasta el final” para que se sepa lo que ocurrió con Yéremi. “No me pienso rendir y pienso decir todas las verdades. Nosotros no queremos venganza, hemos pedido justicia pacíficamente”, incidió.
De igual modo, ha agradecido la Guardia Civil por apoyarles en su búsqueda “todos los años que pudieron hacerlo y sé que volverán a hacer en cuanto se les dejé trabajar”, así como “a todas las personas que están con nosotros para apoyarnos siempre”.
LAS HIPÓTESIS TRABAJADAS HASTA EL MOMENTO
La investigación, que no ha cesado en todos estos años aunque el caso actualmente está cerrado, dio un nuevo giro cuando la Guardia Civil anunció el 3 de marzo de 2012 que tenía nuevos datos sobre un vehículo y ropa del menor, pidiendo la colaboración ciudadana esperando que estos contribuyeran a mantener vivo el caso a partir de algún detalle proporcionado por los vecinos.
Así, en el año 2012, la Benemérita trabajó sobre varias hipótesis, tales como venganza familiar, tráfico de seres humanos, pederastia o tráfico de órganos. Por ello, investigaron a 195 personas acusadas de pederastia, menores de 65 años y con delitos a niños menores de quince años, a 15 presos acusados por estos mismos delitos y a varias personas de la isla vinculadas a este tipo de delitos.
De este modo, el 1 de junio de 2016 la Guardia Civil localizó a un sospechoso de la desaparición y homicidio de Yéremi, se trataba de Antonio Ojeda ‘El Rubio’, que se encontraba en prisión en Algeciras (Cádiz) desde 2015 por abusar sexualmente de otro menor. A finales de ese mes, el sospechoso fue trasladado hasta la cárcel de Juan Grande, al sur de Gran Canaria, compareciendo ante el juez el día 13 de julio, aunque se negó a declarar y a ofrecer muestras de ADN.
Posteriormente, durante el mes de septiembre de 2016 un compañero de celda de ‘El Rubio’ dijo que le había contado cómo un vecino acabó con la vida del menor y quemó su cuerpo, algo que el acusado niega; mientras que a finales de 2016, Antonio Ojeda fue condenado a cinco años de prisión por una agresión a otro menor que jugaba en una calle de El Doctoral en el año 2012, saliendo de la cárcel por ello el 9 de marzo de 2020, hace ahora un año.
En ese momento, otro compañero de prisión contó que tras conocer esta sentencia, se hundió y dijo que el caso de Yéremi “se le había ido de las manos” y que tuvo que “desaparecerlo”.
Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, que se ocupaba del caso desde el día de la desaparición del pequeño, finalmente consideró que no existían pruebas ni indicios sólidos que incriminasen a ‘El Rubio’ en el caso de Yéremi, archivando las diligencias abiertas contra él, decisión que fue ratificada en marzo de 2018 por la Audiencia de Las Palmas.
Por su parte, el Juzgado de Instrucción Número 2 de San Bartolomé de Tirajana ordenó en un auto fechado el pasado 2 de septiembre de 2021 la reapertura del caso de la desaparición de Yéremi.