La búsqueda de la NASA constante de entender el universo ha llevado a los astrónomos a descubrir un creciente número de exoplanetas que podrían ser cunas de vida, y uno de los más fascinantes es K2-18 b. Recientemente, este exoplaneta ha capturado la atención global debido a la detección de moléculas intrigantes en su atmósfera, un hallazgo que podría tener implicaciones profundas en nuestra búsqueda de vida extraterrestre.
En septiembre de 2023, el astrónomo Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge y su equipo utilizaron el Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA para explorar la composición atmosférica de K2-18 b. Ellos lograron identificar la presencia de moléculas portadoras de carbono como metano y dióxido de carbono, un avance significativo que sugiere una atmósfera rica en hidrógeno con la posible presencia de océanos de agua en la superficie del planeta.
Esta revelación no solo amplía nuestra comprensión de los tipos de mundos que podrían albergar vida, sino que también recalca la importancia de explorar una variedad de entornos extraterrestres. «Tradicionalmente, la búsqueda de vida se ha enfocado en planetas rocosos y más pequeños, pero los mundos Hycean como K2-18 b ofrecen nuevas posibilidades para el estudio de atmósferas alienígenas», explicó Madhusudhan, el autor principal del estudio.
Uno de los descubrimientos más emocionantes fue la detección potencial de sulfuro de dimetilo (DMS), una molécula generalmente producida por procesos biológicos en la Tierra, especialmente por el fitoplancton en los océanos. En nuestro planeta, el DMS es un componente crucial en el ciclo del azufre y juega un papel importante en la formación de núcleos de condensación de nubes, lo que afecta directamente el clima y el ambiente global según la NASA.
Según la NASA este planeta tiene gas que sólo puede ser producido por vida
La presencia de DMS en un exoplaneta como K2-18 b, si se confirma según la NASA, podría ser una fuerte evidencia de procesos biológicos similares a los de la Tierra. «Fue sorprendente descubrir una señal de DMS en la atmósfera del planeta, un indicio que nos mantuvo despiertos intentando comprender su significado y las implicaciones», comentó Madhusudhan, quien describió el descubrimiento como algo que lo dejó sin dormir durante días.
K2-18 b orbita la estrella enana K2-18 en la zona habitable y se encuentra a unos 120 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo. Su tamaño, 2.6 veces el de la Tierra, lo clasifica como un subneptuno, un tipo de planeta que no existe en nuestro sistema solar pero es increíblemente común en nuestra galaxia. La investigación sobre este tipo de exoplanetas es vital porque, como explica Subhajit Sarkar de la Universidad de Cardiff, «los subneptunos podrían ser los más habituales en la galaxia, y entender su atmósfera y condiciones podría abrir nuevas vías para encontrar vida».
El equipo de Madhusudhan con la NASA está ahora utilizando el espectrógrafo MIRI del JWST para continuar la investigación, esperando validar y profundizar en los hallazgos preliminares. Estos estudios no solo son cruciales para confirmar la presencia de DMS sino también para entender mejor la composición y la dinámica de la atmósfera de K2-18 b por el Telescopio de la NASA James Webb.
La posible confirmación de DMS reforzaría la idea de que estamos en el umbral de descubrir vida más allá de nuestro sistema solar. «Si el Webb confirma el DMS en niveles significativos, sería una señal de que no estamos solos en el universo», señaló Madhusudhan, destacando el profundo impacto que tal descubrimiento tendría sobre nuestra percepción de la vida en el cosmos.
A medida que esperamos los resultados de las futuras observaciones, la comunidad científica y el público en general permanecen cautivados por la posibilidad de que, en algún lugar de la vastedad del espacio, existan condiciones similares a las que permitieron la vida en la Tierra. Este es un momento de gran anticipación en la exploración espacial, donde cada nuevo descubrimiento nos acerca un poco más a responder algunas de las preguntas más profundas sobre nuestra existencia y nuestro lugar en el universo.