El universo, con su inmensidad, nunca deja de sorprendernos. Y en esta época de Halloween, algunos de los descubrimientos recientes hechos por las misiones de la NASA tienen un toque particularmente espeluznante.
A medida que Juno, la misión espacial que ha estado orbitando Júpiter desde 2016, realizaba su 54º sobrevuelo cercano a este gigante gaseoso en septiembre, se toparon con una inusual figura. JunoCam, el instrumento a bordo de la misión, capturó un patrón peculiar en las nubes y tormentas del hemisferio norte de Júpiter. Se podría describir como un rostro abstracto que emerge de las densas formaciones nubosas del planeta, evocando al estilo artístico de Picasso. Este fenómeno, conocido como pareidolia, ocurre cuando percibimos patrones reconocibles, como caras, en formaciones aleatorias.
Vladimir Tarasov, un científico ciudadano, procesó los datos capturados, destacando la singularidad de la imagen. La cercanía de Juno a Júpiter durante el sobrevuelo y el ángulo bajo de la luz solar contribuyeron a crear este efecto visual dramático.
La misteriosa ‘cara’ de Júpiter
Pero Júpiter no es el único que ha ofrecido espectáculos espaciales sorprendentes. Los telescopios de rayos X nos han brindado una visión sobrenatural de los remanentes de una estrella colapsada. Esta nube de gas y polvo, conocida como MSH 15-52, se asemeja a una mano esquelética que se extiende en el espacio. Fue creada hace aproximadamente 1,500 años tras el colapso de una estrella masiva. El púlsar, una estrella de neutrones que gira rápidamente y posee un potente campo magnético, se encuentra en el centro de este fenómeno que es muy parecido al asteroide con forma de calavera que estudia la NASA.
El Observatorio de rayos X Chandra de la NASA ya había observado este púlsar, denominado PSR B1509-58, en 2001. Esta estrella se encontraba en la «palma» de esta nebulosa con forma de mano. Y lo que es más fascinante, un chorro que emana del púlsar se extiende hasta la «muñeca» de esta formación.
Mapa del campo magnético de una nebulosa captada por la NASA
Sin embargo, no fue hasta recientemente que el Explorador de polarimetría de rayos X de imágenes (IXPE) de la NASA pasó más de dos semanas observando la nebulosa en detalle. El IXPE ha proporcionado un profundo vistazo a esta formación estelar, mapeando el campo magnético de la «mano». Como señaló Roger Romani, profesor de física en la Universidad de Stanford, las partículas cargadas que generan rayos X se mueven a lo largo del campo magnético, dándole a la nebulosa su forma característica, similar a cómo los huesos estructuran la mano humana.
«Los datos del IXPE nos dan el primer mapa del campo magnético en la ‘mano'», dijo el autor principal del estudio, Roger Romani, profesor de física en la Universidad de Stanford en California, en un comunicado. «Las partículas cargadas que producen los rayos X viajan a lo largo del campo magnético, determinando la forma básica de la nebulosa, como lo hacen los huesos en la mano de una persona”.
Estos descubrimientos reflejan la capacidad del espacio para evocar asombro y misterio. Ya sea una cara en las nubes de Júpiter o una mano esquelética hecha de gas y polvo, el cosmos continúa revelando secretos según la NASA que no sólo fascinan a la comunidad científica, sino que también capturan la imaginación del público. Con cada nuevo hallazgo, nos acercamos un paso más a desentrañar los enigmas del universo, aunque a veces estos descubrimientos tengan un aire inquietantemente apropiado para la temporada de Halloween.