La ITV, aquel dolor de muelas periódico para cualquiera que tiene coche, pero todo un alivio para la seguridad vial, vuelve a la carga con una nueva prueba. Durante la Inspección Técnica se revisan múltiples aspectos de los vehículos, como las luces, la dirección, la presión de los neumáticos y un largo etcétera en el que, por supuesto, están los frenos.
La nueva forma para comprobar si funciona correctamente el freno de estacionamiento -el freno de mano de toda la vida- va a ser probarlo en pendiente. El freno tendrá que sujetar el coche parado en una pendiente del 16%. Si, además, el vehículo lleva remolque incorporado, tiene que sujetar el conjunto al completo en una pendiente de 12%. La medida no es poca cosa ya que, de no cumplirla se considera defecto grave.
Además de estas pendientes, también se está mirando la sujeción del trinquete del freno, si existe excesivo desgaste del eje de la palanca o del mecanismo del trinquete. También, si el recorrido de la palanca es excesivo. Fallar en cualquiera de estas cuestiones también sería un defecto grave.
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