La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un comunicado desaconsejando el uso de edulcorantes no azucarados como una estrategia para bajar de peso. Según la OMS, el consumo de estos edulcorantes no proporciona beneficios significativos a largo plazo en la reducción de la grasa corporal tanto en adultos como en niños.
Los edulcorantes son sustancias sintetizadas que se utilizan para endulzar los alimentos y bebidas sin aportar calorías. Aunque son ampliamente utilizados en productos alimenticios, la OMS advierte que no contribuyen a reducir las enfermedades no transmisibles como el cáncer o la diabetes.
En el informe de la OMS, se destacan algunos edulcorantes específicos y sus características. El ciclamato sódico E-952, por ejemplo, es 30 veces más dulce que el azúcar y se utiliza en bebidas y mermeladas light. Se absorbe en pequeñas cantidades y se excreta por la orina, y lo que no se absorbe se metaboliza por las bacterias intestinales.
La sacarina E-954, por su parte, endulza entre 300 y 500 veces más que el azúcar y no tiene calorías. No se metaboliza en el organismo y se elimina a través de la orina. Es considerada apta para personas con diabetes.
El maltitol, otro edulcorante mencionado, tiene un sabor similar al azúcar pero con solo 2,1 calorías por gramo y la mitad del poder edulcorante del azúcar. Se utiliza en alimentos bajos en calorías y en aquellos que se promocionan como «sin azúcares añadidos».
En cuanto al aspartamo E-951, es 200 veces más dulce que el azúcar y ha sido ratificado como seguro por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA. Sin embargo, se descompone en ácido L-aspártico y L-fenilalanina, lo que lleva a la advertencia de su consumo en personas con fenilcetonuria.