Todos los expertos coinciden en que las principales playas canarias están amenazadas ante la subida del nivel del mar en un metro en las próximas décadas si no se toman medidas urgentes contra el cambio climático y el calentamiento de los océanos.
La acelerada subida del nivel del mar amenaza a playas como Las Teresitas (Tenerife), Las Canteras (Gran Canaria) o Sotavento (Fuerteventura). La mayoría de los modelos de predicción en Canarias estiman el crecimiento en unos 90 centímetros a finales de siglo, lo que supone un riesgo no solo para el turismo, principal sustento económico del Archipiélago, sino para la población que habita sus costas. Por ello, los investigadores no solo urgen que se tomen medidas para frenar la subida, sino que también se busque cómo prevenir daños humanos y materiales y se planifique la regeneración de una costa que ya es afectada cada vez con más frecuencia.
“El problema del incremento del nivel del mar es que no se produce de forma tranquila, sino que, si antes era una vez cada diez años cuando había una ola que lo inundaba todo, ahora ocurre una vez cada cinco años y podría pasar a ocurrir de forma anual”, afirma el biólogo José Luis Martín Esquivel, quien recientemente ha publicado el libro El Cambio Climático en Canarias. Impactos (Gobierno de Canarias / Editorial Turquesa).
La causa del aumento del ni-vel del mar en los últimos años, situado en Canarias entre los 5 y 10 centímetros desde los años noventa, se debe al calentamien-to del agua, que provoca que esta se expanda, según explica la ley formulada en 1787 por el matemático Jacques Charles. Eso sí, en los próximos años entra en juego un nuevo factor, “pues el derretimiento de los glaciares tendrá cada vez más fuerza en la contabilización, incluyéndose la pérdida de masas de hielo como las de Groenlandia, que empieza a actuar ahora y ocasionaría a largo plazo una subida del nivel del mar de varios metros”, dice Martín Esquivel.
ADIOS A GRANDES URBES
Así, grandes ciudades ubicadas en zonas costeras podrían quedar inundadas antes de final de siglo. Son los casos de Shanghái, Hong Kong, Calcuta, Nueva York o Río de Janeiro. La subida del nivel del mar de casi un metro en el año 2100, prevista por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, apunta que las zonas más afectadas en España serán Canarias y el Mediterráneo. Ya en la actualidad, los dos municipios tinerfeños más perjudicados por este fenómeno son Garachico y San Andrés.
Precisamente en el municipio de la Isla Baja, un temporal de mar golpeaba la costa el pasado mes de diciembre, mientras que las olas que entraron en la avenida marítima recordaban a un episodio similar ocurrido en 2018 y que obligó al desalojo de vecinos en dos edificios de la zona. “Son casos que demuestran que lo que antes era raro, cada vez se vuelve más frecuente”, sentencia el experto. Y en San Andrés, la playa de Las Teresitas se vería reducida a la mitad y desaparecer totalmente en las pleamares veraniegas. Ya se ha detectado que, en ese período del año, el mar invade sectores de tierra como el espigón de la Cofradía de Pescadores, la rotonda de El Castillo y la avenida marítima. Así, en el citado libro se recoge que, en agosto de 2011, el rebose causado por olas de hasta cuatro metros de altura penetró tierra adentro hasta 80 metros.
Asimismo, las especies animales y vegetales también son víctimas del avance del mar. Una de las más frágiles, y cuya supervivencia se podrá ver comprometida en los próximos años, es el Limonium ovalifum canariensis, planta endémica del Islote de Lobos, ubicada en una pequeña ensenada de su costa oriental, junto a la playa de la Concha y el desembarcadero del Islote, zona que probablemente se verá inundada a finales de este siglo. Y más allá de la biodiversidad, las pérdidas económicas también serán notables.
Así, los embates de mar han ocasionado daños millonarios al Archipiélago hasta en diez ocasiones entre 2005 y 2014, según datos del Consorcio de Compensación de Seguros recogidos por un estudio de los investigadores Pedro Dorta, Abel López y Jaime Díaz, de la Universidad de La La- guna (ULL). Y aquí se incluyen los daños que causó el mar du-rante la tormenta tropical Delta en 2005, con una compensación de 87’99 millones de euros. Los mismos investigadores concluyen que los embates de mar son los fenómenos que más daños materiales generan, por encima de los temporales de viento y las inundaciones causadas por las precipitaciones.
ISLAS VULNERABLES
En la Cátedra de Reducción de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la ULL trabajan en el análisis del impacto que tienen en el turismo fenómenos co-mo el avance del nivel del mar. El interés de estos estudios reside en que, en gran medida, la vulnerabilidad del Archipiélago está ocasionada tanto por la masiva construcción en zonas costeras, como pudo verse en 2018 con el oleaje que impactó en un edificio en Mesa del Mar (Tacoronte), co-mo por la dependencia que hay del turismo.
Y aunque las medidas para mitigar los efectos del cambio climático pueden limitar la subida del nivel del mar, el fracaso de la última Cumbre del Clima resulta desesperanzador. A ello se suman informes como el presentado en noviembre por el Ministerio de Transición Ecológica, que alerta de que las Islas se llevarán la peor parte. Frente a los 70 centímetros de media de avance que se producirá en la mayoría de costas, en Canarias, el incremento será de un metro, lo que supone un mar de amenazas a nuestras playas.