Según los datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), cada año en España se realizan más de 400.000 intervenciones de cirugía estética, de las cuales, el 83,4% se practican en mujeres. Cifras que nos sitúan como uno de los países europeos a la cabeza en cuanto a intervenciones estéticas realizadas, tan solo por detrás de Alemania.
Entre las intervenciones, el aumento de pecho con implantes es la más demandada, ocupando más del 50% de las intervenciones totales.
Y, en el lado contrario, desde el Instituto Español de Cirugía Plástica destacan el incremento de las reducciones mamarias; un tipo de intervención destinada a reducir el tamaño de los pechos, no solo por motivos de estética, sino también de salud, y es que el volumen grande de las mamas puede generar múltiples problemas que afectan directamente a la calidad de vida.
Cada vez más solicitada, la reducción de pecho se ha situado como la tercera cirugía más solicitada entre las mujeres, que buscan una solución que les permita acabar con los fuertes dolores de espalda que sufren a causa de un tamaño de las mamas excesivamente grande.
¿En qué consiste la cirugía de reducción de pecho?
Tal y como su propio nombre indica, la cirugía de reducción de pecho es una técnica quirúrgica con la que se reduce el tamaño de las mamas y se remodelan, con el principal objetivo de solucionar problemas físicos que están estrechamente relacionados con unas mamas excesivamente grandes y pesadas.
Al reducir el tamaño de los senos, se consigue una mayor ligereza y firmeza de los mismos, lo que se traducirá en una mayor comodidad en el día a día, así como una imagen mucho más proporcionada y armoniosa, lo que permitirá a la paciente no solo estar más cómoda, sino también mejorar su estética y aumentar su confianza y acabar con las inseguridades estéticas.
Porque, en esta intervención, además de reducir el tamaño, se eleva la posición de los pechos y se reduce el tamaño del tejido areolar, sin afectar en ningún momento al tamaño del pezón. Se reduce la glándula, el tejido graso y la piel que la envuelve, consiguiendo así unas mamas más elevadas, tensas y armoniosas.
Por lo general, esta intervención tiene una duración de entre 90 y 145 minutos, y se realiza siempre con anestesia general. Tras la cirugía, la paciente padece un nivel de malestar leve, que no llega a resultar doloroso en la mayoría de los casos, con un proceso de recuperación rápido, consiguiendo la cicatrización de las heridas en unas dos semanas aproximadamente.
Principales razones y beneficios de una reducción de pecho
Dolores de espalda
Como ya hemos comentado, el tamaño excesivo de los pechos produce dolores de espalda, hombros y cuello, los cuales pueden resultar muy molestos, llegando incluso a impedir la realización de diferentes actividades cotidianas del día a día, así como la práctica de ejercicio, debido a una considerable limitación del movimiento.
Pero, diferentes expertos han asegurado, el dolor de espalda no se debe directamente al peso del pecho, sino a las medidas posturales que se adoptan para tratar de disimularlo, que provocan una serie de molestias, especialmente en las zonas cervical y dorsal alta.
Y, cuando la columna vertebral, que es el eje central del cuerpo, se ve constantemente sometida a posturas para contrarrestar el exceso de peso con el que tiene que cargar cada día y de manera continuada, puede sufrir deformaciones vertebrales, las cuales provocarán dolor y, con el paso del tiempo, incluso hernias interdiscales.
Aparición de eccemas o de intertrigo
Los problemas cutáneos es otra razón por la que muchas mujeres deciden someterse a esta cirugía, ya que un pecho grande puede provocar irritaciones en la piel por la parte inferior de la mama, a causa de la constante fricción y la sudoración, así como la aparición de eccemas o de intertrigo, que consiste en la inflamación de la piel en los pliegues de este.
Mejora de la autoestima
Un volumen de pecho excesivo puede provocar en algunas pacientes inseguridad estética e inhibición social, ya que el exceso de volumen en los senos afecta directamente a la firmeza de los mismos.
Así mismo, los pechos grandes tienen a caer de forma más prematura que los pequeños, a causa del exceso de peso, deformando así la imagen de la mama. Con la reducción mamaria, se consigue recuperar la firmeza y la imagen deseada, elevando los pechos y consiguiendo una imagen mucho más armoniosa.
Esto se traducirá en una mejora de la autoestima y en una mayor confianza en sí misma, superando aquellos complejos físicos que les han producido malestar.
En definitiva, la reducción mamaria es una cirugía muy demandada, que va más allá de mejorar la imagen estética, con la que aquellas mujeres con un crecimiento anormal de los pechos podrán disfrutar de un mayor bienestar, sintiéndose mucho más ligeras y luciendo una imagen más natural.