Un grupo de científicos de primer nivel -aunque no hay ninguno de España- ha utilizado como altavoz una de las revistas más importantes del mundo, Science, para alertar a gritos sobre la transmisión del coronavirus Sars CoV-2 por aerosoles; es decir, por vía aérea.
Las consecuencias de asumir esta vía de transmisión, aún no reconocida por la Organización Mundial de la Salud, pero que acaban de aceptar los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de EEUU, impactan directamente en los ciudadanos: adiós a las medidas restrictivas en el exterior y bienvenidas las que limitan el contacto con posibles infectados en el interior de casas y locales.
Los científicos firmantes, liderados por Kimberly Prather, de la Universidad de California en San Diego, lo tienen muy claro: hay una necesidad urgente de armonizar la discusión sobre los modos de transmisión del coronavirus para asegurar que se ponen en marcha las estrategias de control más eficaces y para que se puedan explica éstas a la opinión pública.
Un ejemplo de esta discordancia, la protagonizó hace apenas unos días Fernando Simón en una de sus habituales ruedas de prensa. Al ser preguntado por la hipótesis de la «transmisión aérea», le restó importancia. «Sabemos que en situaciones particulares sí, que los aerosoles de gota pequeña pueden permanecer en el ambiente un cierto tiempo. No tenemos hasta ahora evidencia sólida, aunque va apareciendo algún estudio, de que haya habido transmisión probada en medios sociales normales«.
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