Kristian nació en 2010 y su hermana Amantia lo hizo un año después. Pese a su origen albanés, los dos hermanos nacieron en Alemania gracias a que sus padres llegaron a Hamburgo dos años antes. Los niños eran tan pequeños en 2013 que ni se enteraron de la separación de los progenitores, acaecida ese año. Ya por aquel entonces, las autoridades alemanas otorgaron la custodia de los menores a la madre en una sentencia que reflejaba los actos y “estallidos de violencia” del padre, de nombre Lorenc Toska y origen albano kosovar, como la madre, Enke.
Fue el pasado enero cuando el padre desapareció con los dos niños, para finalmente ser detenido el 24 de agosto en Portugal. Lo mejor de esta historia es que, cuando se capturó a Lorenc Toska en el término municipal de Caldas da Rainha (a poco menos de 100 kilómetros de Lisboa), se localizó a Kristian y Amantia sanos y salvos. Como la Justicia es una suerte de elefante dormido al que le cuesta despertarse pero cuando lo hace es prácticamente imparable cual paquidermo en acción, ayer compareció el padre de marras ante un juzgado tinerfeño, que decretó su ingreso provisional en Tenerife II, tal y como informó el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Concretamente, fue el Juzgado de Instrucción Número 1 de Santa Cruz de Tenerife al donde Toska, de 44 años de edad, fue trasladado en la mañana de ayer para prestar declaración por el supuesto secuestro de sus dos hijos menores. Si bien este investigado se acogió a su derecho a no declarar, la magistrada que instruye estas diligencias acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza como presunto autor de un delito de sustracción internacional de menores. A este respecto, cabe recordar que para sustentar esa privación de libertad, por provisional que sea, hacen falta razones de peso, pero basta con recordar que se trata de un fugitivo para justificar sobradamente este encarcelamiento preventivo, y evitar así que intente de nuevo eludir a la Justicia.
Curiosamente, Lorenc Toska no salió directamente del Instrucción Número 1 capitalino rumbo al centro penitenciario de El Rosario, sino que antes tuvo que pasar por el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer (VSM) Número 2 de Santa Cruz de Tenerife, donde también se le reclamaba, en esta ocasión por la presunta comisión de un delito de amenazas. Desde allí sí que se le trasladó a la prisión, cumpliendo así lo decretado por la presunta sustracción internacional de menores.
Si el sospechoso que nos ocupa ya está en manos de la Justicia se debe a su arresto en Portugal, que como se ha dicho tuvo lugar el 24 del pasado mes gracias al trabajo llevado a cabo por agentes de la Policía Nacional que prestan servicio en Tenerife. Sus pesquisas, encauzadas a través de los órganos de cooperación policial internacional, permitió a las autoridades portuguesas materializar la detención del entonces fugitivo y asegurar así el bienestar de los menores, que se encontraban en perfecto estado cuando se les localizó en la localidad portuguesa de Peniche. Toska llegó el pasado jueves a la Isla en un vuelo que partió de Lisboa bajo la custodia de la Policía Nacional.
Este varón, con doble nacionalidad germano-albanesa, responde ahora ante los juzgados tinerfeños porque la madre de los niños presentó una denuncia en la Isla tras recibir un mensaje de Amantia, quien, eludiendo el control paternal, se puso en contacto con su progenitora para decirle que no sabía cómo se llamaba el lugar donde estaban, pero sí que era una isla donde todo el mundo hablaba español. Los conocedores del caso al detalle dedujeron que se trataba de Tenerife, y Enke, la madre, no dudó en volar a la Isla para buscar a sus hijos por su cuenta. Se da por probado que, efectivamente, el padre se ocultó en Tenerife con los dos niños, pero, al saberse descubierto, quiso refugiarse en Portugal con el resultado conocido.
Resta destacar lo desgarrador del testimonio de la madre en un programa de Telecinco, donde calificó como “pesadilla” la convivencia con su expareja. Sirva como ejemplo que, cuando el padre vio los carteles en Tenerife, “me llama y me pregunta: ¿Qué estás haciendo? Te voy a matar a ti, a tu familia y a los niños”, detalló una madre que, al fin, tiene a sus hijos consigo.