Rabat y Washington firmaron un acuerdo militar el 2 de octubre que contempla la posible adquisición de F-35, los mejores y más caros aviones del mundo.
El pasado 2 de octubre marcó un hito en las relaciones comerciales y diplomáticas entre EEUU y Marruecos. Ese día, ambos países firmaron un acuerdo “histórico” de carácter militar a implementar en la próxima década.
El objetivo último del Gobierno estadounidense es fortalecer la cooperación en defensa y preparar la nación gobernada por Mohamed VI como país del norte de África mejor dotado militarmente, teniendo en cuenta que la Administración norteamericana ya es el mayor proveedor de armas de Marruecos.
La revista Forbes publicó que “Marruecos fue el mayor cliente de armas estadounidenses de la región de Oriente Medio y África del Norte en 2019,” y que “Washington llegó a acuerdos de armas con Rabat por valor de unos 10,3 mil millones de dólares el año pasado”.
De esta manera, con las nuevas rúbricas en 2020, Marruecos tiene diseñada la hoja de ruta para la próxima década en el norte de África con cooperación en diferentes áreas: “Libertad de navegación, intercambio de inteligencia y operaciones de respuesta a desastres”, según el Pentágono. A ello se puede añadir, según adelantan a EL ESPAÑOL fuentes de Rabat, la “adquisición y fabricación de material armamentístico”.
De esta manera, la apuesta militar marroquí por la maquinaria estadounidense se fortalecerá en los próximos diez años. Y Marruecos se beneficiará de muchos privilegios.
El primero es garantizar la “exclusividad” de los suministros militares estadounidenses en beneficio de las Fuerzas Armadas reales marroquíes, especialmente en lo que respecta a los F-16, a los que EEUU está introduciendo un conjunto de modificaciones técnicas y tecnológicas.
Asímismo, tendrá la posibilidad de hacerse con los cambios de los tanques blindados Cougars 6×6 y el sistema de misiles tierra-aire de largo alcance MIM-104 Patriot, exclusivamente para África.
Marruecos se encuentra entre los 22 países que adquirirán misiles aire-aire de alcance medio avanzado (AMRAAM) en un contrato por valor de 768 millones de dólares que se completará en febrero de 2023, según confirmó el Departamento de Defensa de EEUU.
“El contrato prevé la producción de misiles AMRAAM, misiles de entrenamiento aéreo cautivos, secciones de guía, sistema de telemetría AMRAAM, repuestos y otro hardware de soporte de ingeniería de producción”, informó el departamento del Pentágono en un comunicado a finales de 2019.
Además, este acuerdo permitirá el desarrollo del hardware marroquí y su apertura al mercado americano. A su vez, “la modernización militar marroquí le abrirá las puertas para entrar en el club de países que cuentan con aviones de cuarta generación con radares AESA, muy similar al del F-35, la joya de la quinta generación del ejército americano”, publicó la semana pasada el digital marroquí Hespress.
Desde la inteligencia marroquí apuntan a EL ESPAÑOL que “en esta década Marruecos podrá adquirir los F-35. Y, aunque en el acuerdo no se especifica, de alguna manera supondría reconocer el Estado de Israel, como ha ocurrido con Emiratos Árabes”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se opuso a la venta de los F-35 o de cualquier armamento avanzado a cualquier país de Oriente Medio sin previamente reconocer el Estado de Israel.
España necesita F-35
A la preocupación de España por la adquisición en su país vecino de 36 helicópteros Apache y más de 200 tanques de combate M1 Abrams, se suma ahora la posibilidad tras esta alianza de adquirir los aviones F-35, los mejores y más caros, a los que pocos países tienen acceso. En la actualidad hay sólo medio millar operativos en una veintena de bases en todo el mundo y alrededor de mil pilotos formado para maniobrarlos.
En este nuevo contexto, es imprescindible que España adquiera F-35 antes del 2030, según coinciden en sus declaraciones varios militares. La compra de estos aviones tanto para la Armada española como para el Ejército del Aire ha sido planteada en numerosas ocasiones debido a que es la única opción para reemplazar a los Harrier como elemento de ala fija embarcada en el buque Juan Carlos I.
El segundo jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante José Luis Urcelay, manifestaba en una entrevista con Infodefensa TV el pasado mes de septiembre la necesidad del reemplazo de los cazas de combate Harrier por el avión de quinta generación F-35 “porque si no en el año 2030 nos habremos quedado solos en el mundo con este helicóptero”.
Por eso, confesó: “Estamos desarrollando todo el proceso conceptual para llegar a una situación en la que España pueda acceder a estas aeronaves que son imprescindibles si queremos mantener la capacidad anfibia en nuestra Armada”.
Temor a las armas
Pero, además, uno de los temores en Madrid es la posibilidad de que Marruecos entre también en el club de los países productores de armas. Esto constituiría una amenaza para sus intereses estratégicos y vitales en el Mediterráneo y el Atlántico.
Algo que desveló el viceministro encargado de la defensa nacional, Abdeltif Loudyi, al proponer “consolidar la cooperación militar con EE UU mediante la promoción de proyectos conjuntos de inversión en Marruecos en el sector de la industria de la defensa, con miras a fomentar la transferencia de tecnología y construir gradualmente la autonomía estratégica del país en este ámbito”.
Y es que EEUU le dará las claves al país magrebí para la fabricación armamentística con tecnología americana, con lo que construirá drones y radares. Por ejemplo, según ha podido saber EL ESPAÑOL, Washington le transferirá la tecnología RQ-4 para la fabricación de vehículos aéreos no tripulados de vigilancia y ataque. Se trata del mayor dron del mundo del ejército estadounidense.
Considerado el “avión espía” contemporáneo, realiza las denominadas misiones ISR (según las siglas en inglés): inteligencia, vigilancia y reconocimiento de espacios terrestres y marítimos de día y de noche y hasta 34 horas seguidas.
Colaboración NSA y CIA
El acuerdo recoge también una colaboración de ciberseguridad y ciberdefensa. En la ampliación de la base naval de Alcazaseguir, en el norte de Marruecos, a pocos kilómetros de Ceuta, se instalará la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la inteligencia de la armada naval americana adscrita al departamento de Defensa, y además la CIA ampliará su personal y sus unidades de inteligencia.
La NSA intercepta las comunicaciones de otros países y asegura las comunicaciones del Gobierno de EEUU, tanto internas como con sus aliados. Casi toda la información referente a esta agencia es clasificada y se desconoce el número exacto de sus empleados y sus ubicaciones, aunque se sabe que tiene estaciones en bases americanas desplegadas por todo el mundo y también en las bases militares de sus aliados, al menos en 35 países.
Según explican fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, en Marruecos “se instalará en la base naval de Alcazaseguir para el control del tránsito por el Estrecho de Gibraltar, pero, además, construirán una base militar americana presumiblemente en la zona norte oriental del país”.
El inspector general de las Fuerzas Armadas Reales, Abdelfettah Louarak, precisó en un comunicado que “la cooperación abarca la organización de ejercicios combinados, el intercambio de visitas de información y la participación en diversos entrenamientos y prácticas de formación”.
Asimismo, destacó la importancia de los ejercicios multilaterales African Lion, conocidos en toda la región como maniobras esenciales para varios países, que este año no se llevaron a cabo por el cierre de las fronteras por la pandemia. Normalmente, se extienden en el sur de Marruecos, pero en el futuro su ámbito se ampliará al Sahel.
Desde la sede del Departamento de Defensa explicaron que el acuerdo tardó en negociarse dos años y podría servir como modelo para futuros pactos de EEUU con otros gobiernos en África.
En Marruecos se rubricó el acuerdo durante la visita de tres días a Rabat del secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, a principios del mes de octubre. Para la Administración estadounidense “Marruecos es un aliado estratégico fuera de la OTAN y puerta de entrada al continente africano”, señaló Esper.
Añadió que “para los intercambios y vínculos comerciales, debemos reforzar nuestras capacidades de defensa y desarrollar asociaciones con los gobiernos africanos”, recordando que “Marruecos es un líder en este ámbito”. Pese a todo, Argelia, su gran rival en la región, sigue siendo la mayor potencia militar del continente africano.
Otro acuerdo
Esper visitó también Túnez y Argelia durante la misma gira por el norte de África. Con Túnez firmó otro acuerdo militar, mientras que con Argelia, a donde no viajaban los americanos desde 2006 y que consideran un país aliado importante en la lucha contra el terrorismo, Esper se reunió con el presidente, Abdelmadjid Tebboune, y con el jefe del Ejército, el general Saïd Chengriha. Discutió la ampliación de la cooperación en materia de seguridad y los problemas en la región del Sahel.
Este viaje se analiza como un gesto para invitar a Argelia, uno de las principales inversores en material militar, a acercarse a la órbita estratégica de EE UU.
A diferencia de Marruecos y Túnez, Argelia recurre principalmente a Rusia para equipar sus fuerzas armadas. También mantiene muy buenas relaciones con China, que es su principal proveedor comercial, con exportaciones que superaron los 500 millones de euros en enero de 2020, el 18% de las importaciones argelinas.
El anterior presidente, Abdelaziz Bouteflika, fue derrocado en 2019 por protestas populares. El proyecto de Constitución del país, si se aprueba, le permitiría desplegar sus tropas fuera de las fronteras del país.
En todo caso, si bien EEUU considera formalmente a Marruecos y Túnez como aliados no miembros de la OTAN, no está claro que Argelia tenga la intención de moverse para unirse a sus vecinos a corto plazo.
De esta manera, los americanos buscan fortalecer sus asociaciones en el norte de África en medio de la creciente presencia militar de Rusia en el Mediterráneo, y de los intereses de Moscú y Pekín en el continente africano. Además, trabajan a favor de la seguridad en el norte de África, el Sahel y Libia.
Oficina contra el terrorismo
Al margen de este acuerdo, otros pactos entre Marruecos y EEUU se han sellado en los últimos tiempos. En el mes de septiembre, el ministro de Exteriores, Nasser Bourita, y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, presidieron por videoconferencia la firma de otro acuerdo bilateral para consolidar los privilegios y inmunidad diplomáticos de ambas partes. El próximo consulado americano se abrirá en Casablanca y se empieza a construir este año.
En cuanto al aspecto de la seguridad, el nuevo embajador americano en Rabat, David T. Fischer, subrayó que “los EEUU y Marruecos siguen decididos en su intención de promover la libertad religiosa y luchar contra el extremismo violento”.
Así, el 6 de octubre, la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT) y Marruecos firmaron un acuerdo sobre su establecimiento en Rabat para desarrollar la capacidad de lucha contra el terrorismo y la cooperación en África.
El centro de formación diseñará y ofrecerá programas especializados en la lucha contra el terrorismo y la aplicación de la ley a los estados miembros que lo soliciten en el norte de África y en el África subsahariana, con un enfoque inicial en el Sahel. Además, elaborará planes de estudios nacionales contra el terrorismo en consonancia con los derechos humanos.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, Abdellatif Hammouchi, al mando de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN), condecorado por los gobiernos español y francés por su lucha contra el terrorismo, es el más firme candidato para dirigir este centro de formación.
El tratado de amistad entre ambos países data de 1786 y se renegoció en 1836. El embajador Fischer ya defendió el pasado verano ante el comité de Asuntos Exteriores del Senado norteamericano que esta asociación es “vital” y “debe consolidarse” económica y políticamente, así como en términos de cooperación en materia de seguridad. A lo que Mark Esper, del Pentágono, añadió en su reciente visita a Rabat: «En muchos aspectos, Marruecos es el primer país amigo de los Estados Unidos de América».