Una niña de dos años murió el pasado lunes en San Diego, California, tras permanecer encerrada en el interior del vehículo familiar -expuesta a una altísima temperatura-, que estaba estacionado frente a su vivienda. En ese momento, su madre disfrutaba de una siesta. Cuando despertó, se dio cuenta de que la niña no estaba en casa y decidió llamar a la Policía, según informó The Independent.
La progenitora volvió a comunicarse con las autoridades antes de la llegada de los agentes. Fue entonces cuando informó que había encontrado a su hija en el vehículo y que esta no daba señales de vida.
En la investigación de los hechos no se ha podido esclarecer si la madre olvidó a su hija dentro del vehículo, o bien si la pequeña se subió por accidente y después no encontró la manera de salir.