Todo ocurrió cuando uno de los perros de la mujer, que prefiere conservar su anonimato, no paraba de acudir a la misma zona del barranco. La insistencia llegó hasta tal punto, que decidió seguirlo para ver qué pasaba. Fue entonces cuando descubrió al citado podenco atado con una correa, sin agua ni comida, encerrado en un cuarto de bloques de hormigón. “Prácticamente no podía sentarse”, relata.
La mujer puso los hechos en conocimiento de las autoridades policiales, si bien asegura que “no se personaron hasta el día siguiente, después de que volviera a llamar”. Según su testimonio, y como puede apreciarse en la fotografía que ilustra este artículo, el animal “tenía las patas destrozadas”. Afortunadamente, el animal se encuentra en el Albergue Comarcal Valle Colino.
La mencionada lectora hace subraya que “podría haber muchos más perros en estas circunstancias en el barranco de Valleseco, pues se oyen muchos más ladridos por la montaña y hay varias cuevas tapiadas”.