En la última década, el cannabidiol (CBD), un cannabinoide extraído de la Cannabis sativa L., ha experimentado un ascenso meteórico como ingrediente destacado en productos como el aceite de cbd hasta cremas o bálsamos antienvejecimiento. Sin embargo, ¿por qué este alboroto? ¿Cuáles son las auténticas promesas del CBD? Y, lo más crucial, ¿es tan seguro como se proclama? Vamos a verlo.
El CBD es un compuesto natural no psicotrópico que está presente en la planta de cannabis medicinal, que, si bien alberga más de cien cannabinoides, los que acaparan la atención son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD, ambos con aplicaciones terapéuticas singulares.
Propiedades que resisten el escrutinio científico
Mientras el THC despliega acciones farmacológicas y psicotrópicas relacionadas con el control del dolor, la sedación y el aumento del apetito, el CBD no figura legalmente como sustancia psicotrópica. Es decir, no provoca cambios apreciables en el comportamiento, el estado de ánimo o la percepción, a pesar de sus notorios efectos analgésicos y antiinflamatorios.
La clave de la no psicotropía del CBD radica en su débil afinidad por los receptores cannabinoides del cuerpo humano en comparación con el THC. A pesar de esto, el CBD exhibe acciones en diversos receptores farmacológicos, enzimas, factores nucleares y transportadores, respaldando estudios que evidencian sus virtudes antiinflamatorias, analgésicas, antiepilépticas e incluso antipsicóticas.
Algunos estudios clínicos han registrado efectos positivos en el CBD para dormir, en el apetito y en el control del dolor. Incluso, en el ámbito veterinario, se han explorado posibles aplicaciones analgésicas en perros con artrosis.
Vacío regulatorio
La comercialización del CBD varía sustancialmente según el país. En la Unión Europea, se comercializa como medicamento en solución oral (Epidyolex) para el tratamiento de algunos tipos de epilepsia y como producto cosmético sin indicación terapéutica. Sin embargo, su uso como suplemento alimenticio no está permitido en España, pero sí en Estados Unidos y otros países.
Por este motivo, lo más frecuente es encontrarnos productos de CBD comercializados como productos cosméticos destinados a ser aplicados de forma tópica para aliviar molestias musculares o articulares, aunque un gran número de usuarios, basándonos en los comentarios y testimonios publicados en páginas específicas de reseñas, también lo emplean vía oral.
En cualquier caso, tal y como aconseja la empresa CBD Valley, lo mejor es consultar a médicos especialistas en CBD para obtener un asesoramiento médico personalizado para cada persona y no correr riesgos innecesarios derivados de un uso inadecuado de los productos, bien sea por dosis o aplicaciones.
CBD Valley facilita este servicio al colaborar con un grupo de médicos referentes en este campo, permitiendo disipar cualquier duda generada por los usuarios.