Starmus, el festival de astronomía que Canarias perdió porque las autoridades de Tenerife se pusieron a obligar a contratar con proveedores de confianza a los organizadores, a los que previamente subvencionaba, prepara una nueva edición fuera de las islas, donde nació. Ni Tenerife y menos La Palma acogerán en 2020 el evento. Hay posibilidades que sea en 2021 al calor del TMT de La Palma siempre y cuando haya «políticos serios», como dice su promotor, el científico Garik Israelian
Israelian, fundador del evento y astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Garik Israelian, afirmó el pasado verano que Jean Michel Jarre y Bono están en el punto de mira de los futuros proyectos de Starmus, el festival que aúna a Premios Nobel, astronautas y músicos. Para Israelian para regresar a Canarias, añade, «necesitamos políticos serios e inteligentes». Recuerda Israelian que en una reunión con Turismo de Tenerife (dependiente del Cabildo y en la epoca del pacto CC-PSOE) alguien confundió a Stephen Hawking con el actor Anthony Hopkins y avisa que «no se puede coger a gentes que no son competentes para un festival como este».
La idea es buscar patrocinadores para realizar el VI Starmus en septiembre de 2020, pues se trata de un evento complicado que necesita al menos un año de preparación del que fue una excepción el celebrado en 2017 en Trondheim (Noruega), que se preparó en el tiempo récord de ocho meses.
Sucedió después de las tres primeras ediciones del festival, que nació en 2011 en Tenerife y La Palma y que ha reunido a astronautas de las misiones Apollo, incluidos Neil Armstrong y Buzz Aldrin, con cosmonautas como Alexei Leonov, físicos como Kip Thorne y especialmente, Stephen Hawking, músicos como Brian May (del consejo de Starmus), Hans Zimmer, Brian Eno, Tangerine Dream o Sarah Brightman.
Garik Israelian prefiere que Starmus tenga una sede fija «que podría ser perfectamente» Tenerife «porque siempre pensé que el festival está diseñado para Canarias, lo he dicho mil veces», y aunque en Noruega y Suiza fue bien la organización y el apoyo «como ambiente no ha habido nada comparable a Tenerife».
«Siempre he dicho que el mejor formato fue el Starmus III de Tenerife, fue espectacular y el funcionamiento, los transportes, los hoteles, la producción musical, fue genial, pero el politiqueo muy mal», advierte.
Hasta en Starmus II los políticos querían controlar el programa científico, cómo y dónde se hacía el festival para condicionar su apoyo «y eso te enfada mucho cuando estás tratando con diez Premios Nobel y con Stephen Hawking» en la isla.
Los políticos luchan por su imagen y sus votos y ninguno habló con él para decirle que no querían que Starmus abandonase Canarias, añade el fundador del festival, quien cree que el problema es que detrás de Starmus «hay un científico» y resulta «muy difícil engañarme y muy difícil tratar conmigo porque no soy político: no necesito votos ni publicidad, sino sacar este proyecto adelante».
Pero es que además Starmus «vende muy bien Canarias» y con el festival han venido personalidades como Neil De Grasse Tyson, Brian Cox, Richard Dawkings, Hans Zimmer o Brian Eno que de otra manera no se hubieran reunido en el archipiélago.
Los políticos «deberían reconocer esto, respetarlo y apoyarlo» pero pensaban que sin su control Starmus «iba a morir», a desaparecer «porque teníamos deudas y ellos no pagaban».
«Pero yo decía que Starmus iba a continuar y más fuerte y les dolió mucho porque no lo esperaban que en menos de tres meses (en 2016) el festival tuviese una oferta del Ministerio de Educación de Noruega para ir a Trondheim», precisa.
Apunta Garik Israelian que sería genial hacer de nuevo Starmus en Tenerife «pero para eso necesitamos gente seria» porque «estamos cansados» de representantes de empresas «que se sacaban fotos con Hawking pero luego no dieron un euro como patrocinadores pese a haberse anunciado y desaparecieron».
Gobierno canario y Cabildo tinerfeño tendrían que volver a hablar con el festival si tienen interés, añade Israelian, quien advierte de que jamás ha pedido dinero público para Starmus, sino el apoyo de las instituciones en diferentes maneras. El problema es que sin ese apoyo en España no se puede realizar un festival de esta categoría porque «el tema está tan politizado que cualquier empresa grande necesita que el político llame para así dar su apoyo».
«Si hay algún político con tres neuronas en su cerebro podría entender que no hay manera de comprar con dinero lo que ofrece Starmus, incluso la posibilidad de tener las medallas Stephen Hawking -cuyo último ganador es Elon Musk- siempre aquí y no perderla, como sucedió, porque eso es de tener 0,5 neuronas», lamenta.
De hecho, indica que con cinco festivales Starmus ha generado una publicidad a nivel internacional valorada en más de 800 millones de euros. Starmus ha roto muchas barreras y la primera, la de hacer «algo muy grande» sin tener apoyos fuertes ni patrocinadores en su primera edición, siempre «buscando dinero» y asumiendo riesgos, pero con la idea clara de tener precios de algunos cientos de euros y con un descuento del 50 por ciento para estudiantes y otros para residentes.
«Si Starmus estuviese financiado sólo con dinero de los participantes los paquetes costarían entre 5.000 y 7.000 euros, pero siempre quiso ser un evento para el gran público e incluso, con muchas actividades gratuitas, como se hizo en Noruega», precisa.
Después de cinco festivales «hemos formado un club de científicos de muy alto nivel, astronautas y músicos» con colaboraciones como la del propio Israelian con Brian Eno y el sonido de las estrellas y el futuro proyecto «espectacular» con Jean Michel Jarre.
Actualmente Starmus tiene invitaciones de unos ocho países para organizar en ellos el evento, que ha ganado el premio al mejor festival científico del mundo en Shanghai (China). Mientras, Israelian ha llevado a los observatorios de La Palma a Tony Fadell, diseñador del iPod y nuevo miembro del consejo de Starmus en sustitución de Stephen Hawking, sobre lo que Israelian apunta además que si es posible captar muchos patrocinadores internacionales habrá «libertad» para recuperar Starmus para Canarias. Con total independencia, apostilla.