La freidora de aire cada día se está poniendo más de moda y ya es un habitual en muchos hogares del mundo, este electrodoméstico causa furor en millones de personas en el planeta desde su irrupción en el mercado logrando frituras casi sin aceite con alimentos cocinado con un 80% menos de grasa.
Pero varios expertos han alertado de los riesgos de utilizar la freidora de aire o de no limpiarla adecuadamente después de cada cocinado: problemas de higiene, cocción deficiente e incluso mayor peligro de incendio de lo que los fabricantes nos cuentan. Una freidora de aire sucia sin un mantenimiento adecuado, también es un campo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias como Campylobacter y Salmonella entre las más destacadas. Hay que tener cuidado y no convertir tu freidora de aire en un campo minado para la contaminación cruzada y las intoxicaciones alimentarias.
Por si esto no fuera poco, la agencia internacional para la investigación del cáncer que cocinar de esta forma se puede crear la acrilamida, un compuesto que suele tener relación con el desarrollo de algunos tipos de cáncer. Según este instituto, freír los alimentos con aire caliente puede potencialmente crear compuestos dañinos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos y las aminas heterocíclicas, que también están asociadas al cáncer.
Una freidora sucia sin un mantenimiento adecuado, puede portar restos de un alérgeno alimentario, como los frutos secos, los crustáceos, el huevo o el apio, y causar a quien ingiera una reacción alérgica potencialmente grave.
En el caso de la intolerancia al gluten, lo más recomendable es usar freidoras de aire separadas para cocinar alimentos con y sin gluten.
Para evitar todos estos problemas te recomendados que limpies bien tu freidora de aire: el detergente líquido, un jabón suave, agua tibia y una esponja serán tus mejores aliados. Si hay mucha grasa incrustada, el vinagre puede ayudarte.