El portavoz de la familia de las niñas desaparecidas y, a su vez, presidente de la asociación SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, reconoció ayer que el hallazgo de una botella de buceo y un edredón en los fondos submarinos situados frente a Santa Cruz de Tenerife “siempre supone una conmoción para la familia desde el momento en que la Guardia Civil ha confirmado que son propiedad de Tomás. No creemos que realmente haya cambiado el escenario y que se trata de parte de la puesta en escena que llevó a cabo el padre esa noche en el puerto y que concuerda plenamente con su pasado, donde se sabe por otros hechos de su inclinación a manipular”.
A la hora de argumentar tales consideraciones, Amills reflexionó sobre los hallazgos en cuestión: “Si lastró con la botella del buceo ese edredón, ¿por qué no ha aparecido nada dentro del mismo? Tan meticuloso como siempre ha sido Tomás, ¿no tenía cinchas a mano para lastrar dicho objeto? Cuesta entenderlo, la verdad”, apostilla el portavoz.
Sea como fuere, Joaquín Amills insiste a la hora de sostener, en nombre de la familia, que “seguimos pensando que Tomás nos sigue haciendo perder el tiempo como con aquellas idas y venidas con bultos en el puerto, o su retorno para cargar el teléfono móvil”.
Eso sí, el portavoz aclara que ello no es óbice para que la familia agradezca el esfuerzo que se está llegando a cabo: “Deseamos que el Ángeles Alvariño siga trabajando en la zona y que gracias a ello quede descartada esta hipótesis, ya que valoramos como línea prioritaria a investigar una fuga con las niñas que pensamos podría tener como destino algunos países de Sudamérica, que Tomás citaba a sus allegados como lugares donde algún día le gustaría vivir”.
“Porque el padre no ha actuado así para vengarse de la madre, sino por miedo a perder el control sobre las pequeñas”, recuerda Joaquín Amills.