Las bombas vuelven a caer en la Perla del Mar Negro, y la actividad de su puerto, desde donde sale buena parte de los alimentos ucranianos que abastecen a decenas de países, peligra con los continuos ataques rusos. Este martes al menos una persona ha muerto y cinco han resultado heridas como consecuencia del impacto de varios misiles en un centro comercial y un almacén de la ciudad costera, según han informado autoridades ucranianas. Es ya el segundo día que los proyectiles se dirigen a esta localidad y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas para evitar una crisis alimentaria mundial.
El servicio secreto británico cree que Rusia no midió bien la capacidad de resistencia ucraniana y ha detectado «fallos operativos» en la estrategia rusa en Ucrania. Sin embargo, Rusia prosigue la agresión y, en las últimas horas, ha bombardeado un centro comercial en Odesa y la segunda mayor refinería de Ucrania, en Lugansk. Además, se han localizado 44 cadáveres en una vivienda bombardeada en la ciudad de Izium.
La moral en las filas rusas pasa por horas bajas. Las autoridades de la ciudad ucraniana de Zaporiyia han informado de que soldados rusos dispararon contra una veintena de vehículos para evitar ir al frente ucraniano, según publica Newsweek. Sin embargo, estos no son los primeros informes de baja moral rusa en la invasión de Ucrania.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU) comparte con frecuencia las llamadas interceptadas en su sitio web e informó la semana pasada de que un soldado ruso le dijo a un conocido en Rusia que se niegan a comenzar nuevos ataques en la región de Jarkov en Ucrania.
El soldado supuestamente dijo: «En resumen, nos negamos a participar en esta mierda, ¿entiendes? Y aquí nos tratan muy duro en general, casi hasta el punto de la ejecución. Queremos irnos, pero no lo hacen».
Según la SSU, otro soldado le dijo a su padre por teléfono: «Nos queda un tanque en el regimiento. Entonces, nosotros mismos rompimos nuestro tanque en la mañana para no ir». Una semana antes, el exastronauta de la NASA Scott Kelly escribió en una serie de tuits, que fueron traducidos del ruso por Google, «Cómo sabotear tu tanque ruso: instrucciones para principiantes», para dar ideas a los que no quieren acudir al frente.