Los nuevos contagios por COVID-19 en China arrojaron este lunes su peor dato desde marzo, con 108 nuevos casos, 98 de los cuales se diagnosticaron en pacientes provenientes del extranjero, los llamados “importados”, cuyo goteo no ha podido ser contenido por el Gobierno chino.
Además, la cifra es más del doble que los 46 casos anunciados el sábado, y 9 más que en la víspera. Estos casos “importados” son una de las grandes preocupaciones del régimen de Xi Jinping, que puso en marcha un veto temporal a la entrada al país de ciudadanos extranjeros desde el 28 de marzo, medida que por el momento no ha logrado reducir las cifras de contagios “importados”, que suman 1.280 en total (481 de ellos ya dados de alta).
La ciudad de Shanghái, importante polo económico y comercial en el este del país, se anotó la mayoría de estos nuevos casos, 52, de los cuales 51 fueron pasajeros del mismo vuelo procedente de Rusia, una frontera que en los últimos días ha supuesto un quebradero de cabeza para el Ejecutivo chino.