El Congreso de los Diputados ha validado las ayudas de Estado aprobadas por el Gobierno central a petición de los grupos de interés de Canarias y el poder regional (PSOE, Podemos, NC y partido ASG) para reflotar un sector servicios que ha dejado en manos de un conglomerado internacional en quiebra nada menos que el 8% del PIB de las islas. En Madrid, el texto ha sido convalidado con 59 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones y, además, se ha aprobado que se tramitará como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, con 35 votos a favor, 25 en contra y 1 abstención.
Canarias afronta el inicio de la temporada alta con dudas sobre el correcto proceder de las firmas de contabilidad. Si el Parlamento de Canarias fuese valiente debería crear una comisión de investigación parlamentaria para analizar el colapso de Thomas Cook y exigir una reforma urgente de mejorar la calidad de las auditorías financieras de las empresas que tienen negocios con este tipo de grupos.
Esta semana, Rachel Reeves, que es una legisladora laboral y preside el comité de negocios del parlamento británico, dijo que el fracaso de Thomas Cook demostró nuevamente que los contadores no fueron proactivos en «hacer lo correcto». Reeves estaba celebrando una audiencia con representantes de Ernst & Young, y PwC, que auditó a Thomas Cook en los años previos al colapso en septiembre, lo que ha provocado la quiebra de miles de camas hoteles en las islas.
PwC es la empresa que tiene el Gobierno de Canarias para captar inversiones en el extranjero. No se sabe exactamente qué tipo de inversiones ha logrado encontrar; pero hay algo claro: podría haber tenido algo de empatía con su cliente insular y reportar sobre este disgusto. La empresa fue seleccionada por el Gobierno que presidía Fernando Clavijo.
EY, que reemplazó a PwC como auditor de Thomas Cook en 2016, está siendo investigado por su regulador, el Financial Reporting Council. En las islas, de esto no se habla. Los representantes de EY y PwC dijeron en la audiencia que respaldaron sus auditorías de Thomas Cook, cumpliendo en su totalidad con las reglas de la época, aunque en retrospectiva algunas cosas podrían haberse hecho de manera diferente.
La legisladora conservadora Antoinette Sandbach expresó su incredulidad por la forma en que los auditores «alegremente» acordaron que Thomas Cook era una «empresa en marcha», sin una reciente amortización de buena voluntad hasta mayo de este año a pesar de las advertencias de ganancias y la necesidad de inyecciones de efectivo.
La jefa de auditoría de PwC en el Reino Unido, Hermione Hudson, dijo que hubo considerables «discusiones desafiantes» sobre el tema de la empresa en marcha, lo que llevó a Thomas Cook a retrasar su informe anual. Richard Wilson, socio auditor de EY, dijo que EY había notado públicamente que la «incertidumbre material» sobre la empresa es una empresa en marcha. La ministra de negocios de Gran Bretaña, Andrea Leadsom, dijo la semana pasada que el gobierno esperaría hasta principios de 2020 para proponer legislación después de una tercera revisión sobre el papel de los informes de auditoría antes de finales de 2019.