Todos pensamos que Irlanda es un país de negocios y bien posicionado internacionalmente, pero este país tiene su lado oscuro. Una que, las víctimas que sobrevivieron, ha sido destapada una y otra vez. Una que comparten miles de mujeres, embarazadas en soltería, que fueron torturadas y obligadas a dar sus hijos en adopción.
Así publicó el diario británico The Sun, en un reportaje de largo aliento cuya protagonista es Sheila O’Byrne, una mujer que fue internada en una casa de Dublín. Corría 1976 y Sheila, obligada por sus padres, tocó a la puerta y entró.
«Fui torturada, casi me ahogan. Un sacerdote me violó y fui obligada a dar a mi hijo en adopción», contó la mujer, que vive en Cork, al sur del Irlanda. Ella es una de las banderas visibles de la lucha de cientos de mujeres por conseguir a sus hijos.
«Mi corazón estaba roto y no podía contarle a nadie sobre eso», ha contado Sheila, casi 50 años después. «Era una vergüenza y una deshonra para mi familia estar embarazada fuera del matrimonio», agrega.
Sheila pasó su embarazo trabajando por más de 12 horas diarias. Dio a luz y, a las seis semanas, entregó a su hijo a quien casi no veía. Lo parió después de otra tortura.
«Me obligaron a caminar durante 39 horas y luego tuve un parto con fórceps. Me dolió tanto que me mataron. Además, no pude volver a tener hijos», refirió Sheila
La CNN publicó en 2007 el reporte del hallazgo de una fosa común de niños en un hogar de madres solteras en St. Mary, condado de Tuam. En ese momento, Ammnistía Internacional solicitó al gobierno irlandés una investigación sobre el macabro descubrimiento.
Sheila O’Byrne logró, con ayuda, encontrar a su hijo 43 años después de haberlo dado en adopción. Afortunadamente fue un reencuentro feliz, porque su hijo entendió el contexto en el que fue entregado a otra familia.
Se estima que 35.000 madres solteras pasaron por las casas administradas por católicos entre 1904 y 1996, cuando cerró la última, y se cree que 6.000 bebés murieron.