La determinación del número de muertes en exceso respecto al nivel de mortalidad esperada en el periodo Covid-19 es el indicador simple más inequívoco y sólido de la magnitud de la epidemia.
En base, exclusivamente, a la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y en los modelos que prevén la mortalidad en términos semanales desarrollados sobre esos datos por Inverence, la estimación de los fallecimientos incrementales causados por Covid-19 en España se sitúa en este momento en 52.500 decesos, a los que habría que añadir entre 1.000 y 2.000 muertes adicionales que podrían no aparecer en las cifras del INE debido a retrasos existentes todavía en la comunicación de mortalidad de los registros civiles.
Estas cifras deben tomarse con cautela ya que están sometidas a incertidumbre, no sólo porque los datos podrían no estar consolidados todavía, sino porque la presencia de variabilidad es consustancial a este tipo de medidas. De acuerdo con nuestros modelos y con nuestra apreciación del grado de consolidación de la información estimamos que existe un 90% de probabilidad de que la cifra se sitúe por encima de las 50.000 muertes.
La evolución de los datos
Uno de los aspectos más asombrosos de la evolución de Covid-19 es precisamente el desarrollo de la información acerca de la pandemia. En España, cabe recordar que el 17 de mayo el Ministerio de Sanidad ofrecía la cifra de 27.500 muertes oficiales —y ahí sigue, aunque la OMS ha dinamitado incluso los fundamentos burocráticos de esa medida— y el Sistema de Monitorización de la Mortalidad, MoMo, del Instituto de la Salud Carlos III (ISCIII) daba la cifra de 30.600 en esa misma fecha.
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