El director técnico de Arqueocanaria, Valentín Barroso, asegura que no hubo destrucción de yacimientos arqueológicos en la zona de obras de ‘Cuna del Alma’ como se ha publicado en redes sociales y en determinadas informaciones. La empresa es responsable de la prospección arqueológica realizada en 2018 y de las excavaciones arqueológicas realizadas en 2019; las memorias de ambas intervenciones fueron enviadas en esas fechas al Ayuntamiento de Adeje y a la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) para la autorización de las obras de urbanización. Esa autorización llegó meses después y la Cotmac se lo comunicó tanto al ayuntamiento como al Cabildo de Tenerife.
El experto asegura que los estudios arqueológicos en ‘Cuna del Alma’ se realizaron de forma escrupulosa y que la información siempre ha estado disponible para consulta, ya que en 2018 se entregó a la administración pública.
“En septiembre de 2018, la empresa promotora entregó al Ayuntamiento el informe para la Cotmac de la Consejería de Medio Ambiente y Política Territorial, con toda la información sobre los yacimientos registrados y las propuestas de actuaciones para proteger cada uno de los elementos que tenían importancia”, explica Barroso. “En aquel momento, la Cotmac lo da por bueno y lo reenvía en octubre de 2018 al ayuntamiento diciendo que ya hay prospección arqueológica y, en consecuencia, se puede llevar a cabo el proyecto”, añade.
Según el experto, “durante las labores de prospección arqueológica se identificaron 37 elementos. Estos trabajos se completaron posteriormente en 2019 con excavaciones complementarias para disponer aclarar la importancia y cronología de determinados restos arqueológicos”.
Por lo que respecta al patrimonio cultural, en los terrenos propiedad de la empresa promotora existieron tres yacimientos prehispánicos: uno en la parte baja en un promontorio cercano al mar con los restos de una cabaña guanche muy desmantelada porque ha sido utilizada por los campistas desde hace décadas.
El segundo, ubicado en la zona media de la urbanización que fue destruido con la construcción de una edificación a mediados del siglo XX y del que son visibles los restos dispersos por la ladera, los cuales se han estado recogiendo sistemáticamente por los arqueólogos para evitar su pérdida.
Por último, en la parte más alta de la urbanización se encuentra el más importante y mejor conservado (denominado PA4) que indica una actividad pastoril que ejercieron los aborígenes hasta la conquista de la isla. Ha sido este yacimiento, de casi 2.000 metros cuadrados, el que fue afectado por un despiste de un maquinista en una superficie concreta de unos 75 metros cuadrados. No obstante, la parte mejor conservada así como los restos de dos posibles cabañas permanecen intactas y en buen estado de conservación. Este yacimiento, desde un primer momento, iba a ser conservado o excavado arqueológicamente íntegramente.
Los escasos grabados también localizados en la propiedad no han sufrido ni sufrirán daño alguno pues se encuentran en medio de zonas verdes de especial valor paisajístico. El resto se conservarán con modificaciones puntuales de los viales o con recogidas sistemáticas de aquellos que se encuentren sueltos y desplazados de su lugar original para su musealización.
Durante la época moderna los trabajos de arqueología evidencian que hubo plantaciones de cereal y a finales del siglo XIX y XX cultivo de tomate que contribuyeron a la destrucción de los escasos yacimientos existentes en este espacio.
Según detalla Valentín Barroso, el grabado que motivó que el Gobierno de Canarias determinará la paralización de los trabajos tiene el tamaño de una caja de fósforos y se sitúa en el centro de una extensión similar a siete campos de fútbol, que siempre ha sido una zona protegida. Según se detalla en el proyecto esta zona va a tener una serie de caminos peatonales abiertos al uso público y, perfectamente señalizada y conservada, podrá ser de disfrute público, con los grabados perfectamente musealizados y protegidos.
El arqueólogo insiste en que salvo la afección ya descrita a una pequeña parte del yacimiento denominado PA4 no se han destruido yacimientos arqueológicos, como se ha dicho en la prensa sin base científica ni documental alguna. Todo lo demás está perfectamente conservado: los grabados y las cabañas con el material arqueológico asociado.