Ha pasado poco más de un mes desde que se implantaron los nuevos límites de velocidad de la DGT en una buena parte de las vías urbanas de España, que bajaban el tope de 50 a 30 km/h, y ahora sí que empiezan a producirse casos de vuelta atrás.
El primer Ayuntamiento que ha dado marcha atrás ha sido el de Ponferrada, en León, que ha observado que la medida ha supuesto un impacto negativo y una ralentización innecesaria del tráfico. El consistorio leonés se comprometió a valorar si la medida cumplía los objetivos para los que había sido concebida, es decir, mejorar el tráfico y la seguridad de los ciudadanos. Y en este mes ha comprobado que no es así.
Málaga fue la primera ciudad en valorar la opción de derogar los 30 km/h -aunque esa intención no se llegó a manifestar públicamente, sino sólo a través de informaciones periodísticas- y ahora San Sebastián también lo está valorando.