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Cruz Sánchez de Lara: “Esta obra es el fruto de escuchar a la gente, de lo que me cuentan distintas generaciones”

La abogada y activista por los derechos humanos publica 'Cazar leones en Escocia', su primera novela
Cruz Sánchez de Lara. / Carlos Ruiz

Abogada, activista por los derechos humanos, vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara (Almería, 1972) acaba de publicar Cazar leones en Escocia (Espasa Narrativa, 2022), su primera novela. El título hace alusión a la manera en la que le explicaba el británico Alfred Hitchcock a otro gran cineasta como él, el francés François Truffaut, lo que era un MacGuffin, la excusa argumental para desarrollar una historia. Pues de eso se trata, al fin y al cabo, la propuesta literaria que formula Sánchez de Lara: de elaborar un tejido narrativo en el que, mucho más que lo que ocurre en eso que llamamos realidad, lo importante es aquello que va sucediendo en el interior de sus personajes.

-El título de su libro, ‘Cazar leones en Escocia’ es un homenaje a Alfred Hitchcock, pero también puede tener que ver con lo imposible y con desafiar lo que nos presenta la realidad.
“Sí. El título es algo provocador, porque ni se cazan leones ni los hay en Escocia. Es la forma en la que Hitchcock llamaba al pretexto para contar algo. Mi historia, la del legado de tres mujeres, es también una excusa para hablar de pasiones, de sentimientos y de lealtades”.

-Relata la historia de esas mujeres y su empeño por hallar un lugar en el mundo. Pero, ¿cuál es el escenario que transitan?
“Me planteé un escenario lujoso, en el que las necesidades económicas no existen ni hay problemas de salud. En ese sentido, es un contexto aspiracional. Los sentimientos, el amor, la amistad nos igualan, con independencia de lo que tengamos, pero quien debe atender a un familiar enfermo o él mismo padece un problema de salud, o atraviesa dificultades económicas, no puede permitirse el lujo de reflexionar en profundidad sobre esas cuestiones, pues ha de activar su instinto de supervivencia”.

-‘Cazar leones en Escocia’ recorre un siglo de la historia de España. ¿Qué peso ocupa la documentación en su relato? ¿Fue complejo el ejercicio de adaptar unos hechos históricos a la ficción que deseaba narrar?
“No me ha sido complicado, porque la novela es el resultado de la escucha activa de muchos años. Siempre me he interesado por escuchar a la gente y en Cazar leones en Escocia no he contado más que lo que me han relatado distintas generaciones. La obra es sobre todo el resultado de escuchar a muchísimas personas hablarme de su época, de su entorno. Es, también, un homenaje a nuestras madres y nuestras abuelas. A quienes lo tuvieron muchísimo más difícil que nosotras, a las que lucharon por ser todo lo libres que podían dentro de unas normas. Quizás, a veces, no sepamos valorar todo eso ni agradecérselo”.

-En este tránsito por la historia, y por la historia de mujeres, el feminismo se hace presente. Con todo lo que se ha avanzado, ¿qué espacios aún debe ganar o, al menos, fortalecer, en esa búsqueda de la igualdad?
“Ahora, cuando el feminismo corre un riesgo tan enorme a causa de los populismos, que buscan apropiárselo, el objetivo es no dar pasos atrás. Consolidar lo conseguido para continuar avanzando. Todas las feministas, desde Mary Wollstonecraft en adelante, nos han advertido de que tengamos cuidado con los retrocesos. Cualquier movimiento político o social puede provocarlos y por eso es importante que consolidemos nuestra libertad y sigamos caminando. Sería tristísimo ver cómo esta generación da pasos atrás”.

-¿Cómo desarrolla el oficio de novelista? ¿Cuando se pone a escribir la historia que hay en su cabeza todo está más o menos definido o va cogiendo forma, evoluciona, según avanza?
“Llevo escribiendo toda mi vida, pero nunca me había planteado escribir una novela. Entonces apareció una editora que me pidió que lo hiciera. El primer capítulo es una historia que escribí sin pensarlo mucho, para que ella comprobase mi manera de crear ficción. A partir de ahí, se fue construyendo el relato. El final de la novela hasta para mí fue una sorpresa. A medida que escribes, los personajes toman identidad y te piden espacio, te piden la palabra. El momento creativo es fascinante, porque vas cogiendo y recogiendo elementos de tu vida, aportaciones que te han hecho otras personas… Y todo eso va dictando el devenir de la novela”.

-Ha dicho que la trama se supedita a las emociones. ¿Cómo fue el proceso de hablar de sentimientos, de lo subjetivo, a la vez que construía una ficción que se abraza a la realidad?
“Ha sido fácil, porque siempre procuro conocer a las personas. Hoy se pregunta mucho qué haces, a qué te dedicas, cómo te va…, pero el cómo estás cada vez es menos habitual. Como digo, los personajes son mi excusa para hablar de las pasiones. Están elaborados con ese fin”.

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