Acaba el verano y es momento de empezar a cuidar nuestra piel para reparar el daño que los días de sol, arena y sal nos han dejado (además de muchos momentos de felicidad). Toca prepararla para el invierno.

Ahora es primordial eliminar las capas más superficiales más castigadas, con manchas, deshidratadas y sin vitalidad. Para ello, lo ideal es plantearte un plan de tratamiento de tres meses donde es fundamental:

  • Uso de la cosmética adecuada. Comienza ya con retinoles o ácido glicólico según tu tipo de piel y tus necesidades concretas.
  • Limpieza facial con técnicas como la dermalinfusion (Hidralift, hidrafacial…).
  • Alguna sesión de luz pulsada (IPL) para eliminar léntigos (manchitas) que han aparecido por el sol. Así las mantenemos a raya. La luz pulsada es de lo mejorcito que podemos hacer por nuestra piel ya que, por un lado, eliminamos léntigos solares y, por otro, mejora el daño solar acumulado, ilumina y rejuvenece la piel. Con una única sesión y combinando las diferentes longitudes de onda puedes obtener unos resultados maravillosos.      

Mi apuesta para este otoño es que te animes a la IPL.