Aunque de todos es sabido que las joyas se pueden limpiar en casa con métodos cuyos secretos van pasando a través de generaciones, lo cierto es que hoy en día existen productos muy perfeccionados que proporcionan una limpieza profunda a la vez que cuidadosa y rápida. La mayoría de estos ácidos son baños que pulen casi instantáneamente, con lo cual se renueva el brillo que en su momento tuvieron. Eso sí, cada joya requiere su propio líquido, porque limpiar un diamante no es igual que proteger una perla o una esmeralda. Las fórmulas son más o menos agresivas teniendo en cuenta cada pieza. Nuestra recomendación es acudir a la joyería de confianza y consultarlo. Existen, al menos, cinco tipos diferentes de productos especializados y un error al usar el equivocado suele salir muy caro.