La actriz y activista tinerfeña Carla Antonelli (Güímar, 1959), la primera diputada transexual de la democracia, solicitaba a mediados de octubre su baja del PSOE al sufrir una «profunda decepción» con la tramitación de la Ley Trans. De la Isla huyó en 1977 por la incomprensión que recibía. En la actualidad reside en Madrid y una calle de su municipio natal lleva su nombre. 

¿Quién es Carla Antonelli? «Alguien que ha vivido, sobrevivido y resistido. Con 17 años pensé que jamás superaría los cincuenta. Luego la vida se fue escribiendo y al final hemos llegado hasta aquí. Y lo que queda…».

¿Cuándo fue la primera vez en su vida que sintió que la discriminaban? «Cuando vivía en Güímar ya veía que no encajaba. Desde entonces hasta aquí he sufrido discriminación en diferentes grados. Recuerdo que en el colegio tenía que salir corriendo porque me tiraban piedras».

¿Qué momento recuerda con mayor rabia o dolor? «Cuando en 1979 me enteré por teléfono que estaban enterrando a mi padre. En el recordatorio de funeral aparezco como hija ausente».

¿Y el de mayor felicidad? «A los cuarenta y pico, después de enterrar a mi madre, vi sacar los huesos de mi padre y de alguna manera cerré aquella historia. Otros momentos de felicidad fueron cuando actué en el Teatro Romano de Mérida ante 3500 espectadores, el día que me levanté en mi escaño de la Asamblea de Madrid y prometí el cargo convirtiéndome en la primera mujer trans diputada de España y cuando inauguraron la calle con mi nombre en Güímar».

En unas declaraciones dijo que a los quince años no sabía lo que era. ¿Importa eso tanto? «La identidad es algo transversal y nuclear porque conforma la manera de ser y de pensar. De todas formas, hoy me da lo mismo lo que piensen otras personas de lo que soy o dejo de ser».

«En un principio pensaba que era gay pero algo me decía que no»

¿Cuándo supo que era transexual? «En los años setenta no teníamos información ni referentes. En un principio pensaba que era gay pero algo me decía que no. Con catorce o quince años, conocí en Santa Cruz a personas trans y vi el horizonte abierto».

¿Ser mujer es un sentimiento? ¿Qué es ser mujer? «La respuesta que voy a dar no es nueva ni innovadora: ser mujer es ser yo. Cualquier otra mujer diría lo mismo».

¿El feminismo y el transactivismo comparten lucha o tienen particularidades específicas? «Dentro del feminismo hay muchas maneras de ver y contemplar el feminismo. De hecho, la Teoría Queer, que rechaza las definiciones normativas de lo femenino y lo masculino, surge de un debate feminista. También podemos hablar de cómo hace tres décadas el feminismo oficialista quería echar fuera a las mujeres lesbianas y hoy en día algunas de esas mujeres lesbianas se declaran transexcluyentes y pretenden decidir quién da o tiene carnet de feminista».

«Se persigue y acosa a quien se sale de la norma»

¿Qué entiende por feminismo? «Es la lucha histórica por el empoderamiento y emancipación de la mujer, que no es otra cosa que lo que estamos pidiendo las personas trans. Se trata de que las mujeres seamos libres, independientes y sin cargas predestinadas a la servidumbre del hombre. El feminismo es una cosa y después están las personas que dicen enarbolar la bandera del feminismo y reducen a la mujer a vagina y útero. Las mujeres somos mucho más que eso. No solo hemos venido al Mundo a darle descendencia a los hombres. ¡Si las feministas fundadoras levantaran la cabeza!».

El feminismo siempre ha apoyado al colectivo LGTBIQ+. ¿Qué ha pasado para que ahora exista esta confrontación? «Desde los años noventa el feminismo español recibió a las mujeres trans con los brazos abiertos. Incluso, nos invitó a portar la pancarta de cabecera en el día de la mujer. Allí estábamos Juana Ramos y yo con todas las demás compañeras. Ese es el auténtico feminismo y lo demás solo son intereses creados y espurios para crear una división por cuestiones de protagonismos y personalidades histriónicas».

¿No cree que hay un punto donde falla el entendimiento o la comunicación? «La confrontación jamás ha sido ideológica. Lo único que pasa es que desde que el Ministerio de Igualdad lo lleva otra formación política hay ataques, celos y envidias porque se piensa que han robado la bandera violeta».

Hay mucha polémica en torno al tratamiento a menores con bloqueadores y hormonación. ¿Qué opina? «Esta polémica demuestra que el 99 % de la ciudadanía española no ha leído la Ley Trans estatal. Ningún artículo habla de tratamientos hormonales a menores. Hace años que esa competencia la tienen las comunidades autónomas y no ha habido ningún problema. De lo que sí habla la Ley estatal es del cambio registral».

Si un niño o niña dice sentirse del otro sexo, hay que creérselo desde el primer momento y acompañarlo en la transición. ¿Por qué tanta prisa? ¿Y si lo dice por rebeldía, por moda o por un rechazo a los estereotipos sexistas? «Aquí hay que poner sobre la mesa el informe de la revista científica The Lancet: ni el dos por ciento de las personas menores que han iniciado un proceso de afirmación de género con el acompañamiento de sus progenitores da marcha atrás. De todas formas, ¿no tenemos derecho a equivocarnos en nuestras vidas? Lo que realmente es irreversible, y lo apoyamos porque es un derecho ya consagrado, es la interrupción de un embarazo. Hay que acompañar a quienes desean dar el paso, aunque sean menores. Por ejemplo, si alguien manifiesta su identidad desde los seis años y persiste hasta los nueve, es entonces cuando puede hacerse un cambio registral. Es lo que se traduce de la sentencia del Constitucional de 2019. Por otra parte, es falso que se pueda hormonar a partir de los nueve años. Lo único que contemplan las leyes trans autonómicas, que no la estatal, es el uso de bloqueadores hormonales, los cuales, por cierto, no fueron inventados para las personas trans, sino para niñas con periodos precoces y niños con desarrollos precoces. Estos inhibidores retrasan la pubertad y son reversibles».

¿La biología es tránsfoba, machista? ¿Decir que el sexo es inmutable es transfobia? «Si algo dice precisamente la biología es que los sexos no son inmutables ni binarios. La biología dice que hay una variante cromosómica que va muchísimo más allá del XX y el XY. Hay unos estadios netamente biológicos de intersexualidad, como el síndrome de Morris. La transexualidad es un estado de intersexualidad. Se han hecho autopsias a cerebros de mujeres trans y eran prácticamente iguales a los de las mujeres no trans en el núcleo sexual dismórfico. A mí no me hace falta que la ciencia me diga quién soy para saber quién soy. La biología no es nacer hombre o mujer, como se apuntó en un panfleto transfóbico que distribuyó Carmen Calvo en el PSOE cuando era secretaria de Igualdad del Partido y ministra de la Presidencia. Entonces elevé la voz y protesté de la misma manera que si hubiese sido una persona negra y hubiese dicho que las personas blancas tienen unas condiciones humanas y las negras, otras».

«No entendería mi vida sin Pedro Zerolo»

¿Considera justo que las mujeres trans compitan en las categorías femeninas del deporte? «La Ley permite que las federaciones deportivas decidan en qué condiciones se puede competir profesionalmente. Además, el Comité Olímpico ya estipula los niveles de testosterona, tanto para las personas trans como las no trans. La Ley Trans no dice nada de cómo se tiene que competir. Este es otro bulo».

¿Se va a sustituir la palabra mujer por persona menstruante? «Ja, ja, ja… Eso solo es para definir a los hombres trans que queden embarazados. ¿Qué pasa? Cuando han querido abortar se han encontrado con unos problemas terribles. En la sanidad pública no pueden ir al ginecólogo porque son hombres de sexo legal. Esto es lo que hay que regular».

¿Cree que hubiera sido más conveniente haber redactado dos leyes: una para las personas transexuales y otra para el transgenerismo, el no binarismo, lo queer…? «No tenemos ningún problema con que esta Ley englobe absolutamente todo lo trans, aunque inicialmente los programas electorales recogían una Ley Trans y otra LGTBIQ+. Para mí todas las siglas son una misma lucha. Mientras una sola de nuestras siglas no sea libre, las demás tampoco serán libres del todo».

La Ley Trans tiene un apartado donde el profesorado (previa formación y bajo un protocolo) debe detectar conductas que no corresponden al sexo. ¿No supone resucitar estereotipos sexistas? «A mí me hubiera gustado que cuando estaba en el colegio una ley me hubiese protegido. El problema es la falta de respeto, el rechazo a las diferencias y a la diversidad. Se persigue y acosa a quien se sale de la norma».

«Es falso que la Ley Trans contemple hormonar a partir de los nueve años»

¿Hay conductas de niño y conductas de niña? «Nosotras también luchamos por erradicar los tópicos de género, pero, por favor, no carguen sobre nuestras espaldas lo que todavía no se ha podido solventar desde el feminismo en décadas».

¿Supongo que rechazará la hostilidad que existe en las redes sociales? Una sociedad tan polarizada no es bueno para la convivencia… «Es indecente la manera que se nos señala, criminaliza, insulta, veja, persigue, vilipendia, calumnia, acosa…».

También hay violencia en el activismo LGTBIQ+… «Condeno la violencia venga de donde venga, pero que el victimario acuse a la víctima no es nada nuevo».

¿Qué ha supuesto en su vida Pedro Zerolo? «No entendería mi vida sin Pedro Zerolo. Siempre caminamos de la mano».

¿Baraja la posibilidad de volver al PSOE? «No».

Parece que su posición política está más alineada con Podemos. ¿Irá en sus listas para luchar por la Ley Trans? «Eso es una percepción suya. Yo estoy alineada con lo que emanó del cuarenta congreso del PSOE, no con la involución actual, y también con todos aquellos partidos políticos que defiendan nuestros intereses y derechos. Irene Montero siempre tendrá mi apoyo. Y Yolanda Díaz y Esquerra Republicana, también».

¿Qué opina de la Ley del Solo sí es sí? «Al final no es solo la Ley Trans. Vemos que todo lo que sale del Ministerio de Igualdad genera un enfrentamiento por cuotas de guerra, espacio y poder».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Mujer o mujer transexual? «Soy mujer».

¿De qué está harta? «Del cinismo».

¿La política es tan mezquina como la pintan? «No, es un cajón de sastre donde cabe todo: gloria y miseria».

¿Con usted o contra usted? «Con todas las personas».

¿En qué momentos miente? «Cuando lo hago piadosamente para no ofender».

¿Su gran talento? «Ser coherente».

¿Qué quería ser de mayor? «Yo misma».

¿El amor de su vida? «Valoro las amistades».

¿Existe la vida después de la muerte? «Lo sabremos cuando lleguemos al exitus. Me encanta esta palabra médica que define el instante donde se pierde la vida».

Nadie se imagina que usted… «Me gusta la ciencia en general y la astronomía».

¿De qué es fácil convencerle? «De cualquier cosa desde la razón».

¿Alguna enemistad irreconciliable? «No persigo a las personas que dejan de estar en mi vida».

¿Qué le relaja especialmente? «Ver tranquilamente una buena película en el sofá de mi casa. También, esos momentos sin teléfono, mirar al mar y al firmamento».

¿Tiene alguna operación estética pendiente? «Me abstengo de frivolidades».

¿De qué está completamente segura? «De que tarde o temprano la Ley Trans será ley».

 Defina la belleza… «La magia de la vida».

¿Qué es la tolerancia? «No me gusta esa palabra. Me gusta más el respeto».

¿Entiende el género fluido? «Por supuesto. Que yo no sea algo no implica que no comprenda otras realidades».

Dicen que hay 33 orientaciones sexuales… ¿Vale todo? «¡Cómo si hay setenta! ¡Qué me importa cómo se sienta o perciba una persona! ¿Hemos pasado a controlar las vidas ajenas?».

¿Perdona? «Los capítulos que he cerrado en mi vida no generan rencor».